Devoción a San Antonio de Padua
Confesor y Doctor de la Iglesia
Festividad 13 de Junio


Responso de San Antonio
Canción de los pajarillos
Novena a San Antonio
Rosario de San Antonio
Letanías de San Antonio
Los trece martes a San Antonio
Oración para su festividad
Cinco minutos diarios en compañía de San Antonio
Oración eficaz a San Antonio
Oraciones infalibles
Oración el la tribulación
Oración bellísima de saludo
Oración del pan de los pobres (Origen de esta devoción)
Consagración de los niños a San Antonio
Hábito, escapulario y cruz
con el Breve de San Antonio
Los lirios, los panecillos y R.A.S.A. símbolos protectores
Enlaces antonianos






Responso de San Antonio

Si buscas milagros
mira muerte y error desterrados,
miseria y demonio huidos,
leprosos y enfermos sanos.

El mar sosiega su ira,
redímense encarcelados,
miembros y bienes perdidos,
recobran mozos y ancianos.


El peligro se retira,
los pobres van remediados,
cuéntenlo los socorridos,
díganlo los paduanos.

El mar sosiega su ira...

Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo.

El mar sosiega su ira...

Ruega a Cristo por nosotros
Antonio gloriosos y Santo,
para que dignos así,
de sus promesas seamos.
Amén.

Oración propia del Responso

Haced ¡oh, Señor! que la intercesión de vuestro confesor y doctor, San Antonio llene de alegría a vuestra Iglesia, para que siempre sea protegida por los auxilios espirituales y merezca alcanzar los eternos goces. Por Cristo Nuestro Señor. amén.

  Otro Responso muy antiguo de sabor popular
Se cree que fue compuesta por el pueblo cuando acababa de ser beatificado.

San Antonio de Padua que en Padua nacisteis y en Portugal te criaste;
donde predicó el Señor, tú predicaste.
Estando predicando el Señor te reveló que a tu Santísimo padre iban a ahorcarlo;
bajaste del púlpito para ir a salvarlo;
el santo breviario perdiste, la Virgen María te lo encontró,
tres voces te dio:
Beato Antonio, Beato Antonio, Beato Antonio vuelve atrás
que el santo breviario encontrarás.

Por los milagros que has hecho de llevar al Niño Dios en tus brazos te pido:

Que el perdido sea hallado,
que el alejado sea encontrado
que lo olvidado sea acordado.

Tres ciertas señales te pido:
Un gallo cantar, una puerta cerrar, un niño llorar.
No es por mi sabiduría, que es por la de Dios y la Virgen María.
Reza un Padrenuestro y un Avemaría.


Canción de los pajarillos

Divino Antonio precioso, 
suplicad al Dios inmenso 
que por tu gracia divina 
alumbre mi entendimiento.

Para que mi lengua 
refiera el milagro 
que en el huerto obraste 
de edad de ocho años.

Desde niño fue criado
con mucho temor de Dios, 
de sus padres estimado
y del mundo admiración.

Fue caritativo 
y perseguidor 
de todo enemigo 
con mucho rigor.

Su padre era un caballero 
cristiano, honrado y prudente, 
que mantenía su casa 
con el sudor de su frente.

Y tenía un huerto 
donde recogía 
cosechas del fruto 
que el tiempo traía.

Por la mañana un domingo, 
como siempre acostumbraba, 
se marchó su padre a Misa, 
cosa que nunca olvidaba.

Y le dijo: "Antonio 
ven aca, hijo amado, 
escucha, que tengo 
que darte un recado.

Mientras que yo estoy en Misa 
gran cuidado has de tener, 
mira que los pajarillos 
todo lo echan a perder.

Entran en el huerto,
pican el sembrado, 
por eso te advierto
que tengas cuidado."

Cuando se ausentó su padre 
y a la iglesia se marchó, 
Antonio quedó cuidando 
y a los pájaros llamó.

Venid, pajaritos, 
dejad el sembrado, 
que mi padre ha dicho 
que tenga cuidado.

Para que mejor yo pueda 
cumplir con mi obligación, 
voy a encerraros a todos 
dentro de esta habitación.

Y a los pajarillos 
entrar les mandaba, 
y ellos muy humildes 
en el cuarto entraban.

Por aquellas cercanías 
ningún pájaro quedó 
porque todos acudieron 
cuando Antonio los llamó.

Lleno de alegría
San Antonio estaba,
y los pajarillos
alegres cantaban.

Al ver venir a su padre
luego les mandó callar,
y llegó su padre a la puerta
y comenzó a preguntar:

"¿Qué tal, Antoñito?
ven acá hijo amado,
¿de los pajaritos
qué tal has cuidado?"


El hijo le contestó: 
padre, no tenga cuidado, 
que para que no hagan daño, 
todos los tengo encerrados.

El padre que vio
milagro tan grande, 
al señor obispo 
trató de avisarle.

Acudió el señor obispo 
con grande acompañamiento, 
quedando todos confusos 
al ver tan grande portento.

Abrieron ventanas,
puertas a la par,
por ver si las aves
se quieren marchar.

Antonio les dijo entonces:
señores, nadie se agravie,
los pajarillos no marchan 
hasta que yo se lo mande.

Se puso a la puerta
y les dijo así:
¡Ea, pajarillos,
ya podéis salir!

Salgan cigüeñas con orden
águilas, grullas y garzas,
gavilanes y abutardas,
lechuzas, mochuelos y grajas.

Salgan las urracas,
tórtolas, perdices,
palomas, gorriones
y las codornices.

Salgan el cuco y el milano,
burla pastor y andarríos
canarios y ruiseñores,
tordos, gafarrón y mirlos.

Salgan verderones,
y las corderinas,
y las cogujadas,
y las golondrinas.

Al instante que salieron 
todas juntitas se ponen, 
escuchando a San Antonio 
para ver lo que dispone.

Antonio les dijo:
No entréis en sembrados,
marchad por los montes,
por riscos los prados.

Al tiempo de alzar el vuelo,
cantan con dulce alegría,
despidiéndose de Antonio
y la insigne compañía.

El señor obispo,
al ver tal milagro,
por diversas partes
mandó publicarlo.

Árbol de grandiosidades, 
fuente de la caridad, 
depósito de bondades, 
padre de inmensa piedad.

Antonio divino, 
por tu intercesión, 
todos merezcamos 
la Eterna Mansión.

(Canción popular)


Novena a San Antonio

Por la señal...
Señor mío Jesucristo...

Para más obligar al Santo, cada día se puede añadir el Rosario de San Antonio y si se desea, seguido de sus letanías.

 
Oración propia de la novena para todos los días

  Gloriosísimo San Antonio de Padua que, por vuestro increíble poder, recibido de Dios Nuestro Señor obráis tantos milagros y sois la admiración del mundo, a vos acudo y suplico que me alcancéis lo que os pido por medio de esta novena, si es Voluntad del Señor y de la Santísima Virgen y lo más conveniente para mi alma. Amén.

  Día primero - Muerte: Insigne San Antonio, que resucitasteis a tantos muertos, pedid al Señor que me guarde de caer en pecado mortal y que me conceda la gracia de morir después de recibir los Santos Sacramentos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

Día segundo - Error: Amabilísimo San Antonio, que guiasteis a tantas almas por el camino del cielo, alcanzadme la gracia de perseverar en la Fe y en el Amor de Dios. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

Día tercero - Miseria: Piadosísimo San Antonio que os distinguisteis por vuestra compasión hacia los desgraciados, haced que sepa conformarme con la Voluntad de Dios en todas mis tribulaciones. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

Día cuarto - Demonio: Poderosísimo San Antonio que libráis de los ataques del espíritu maligno a cuantos os invocan, obtenedme la gracia de que jamás consienta en las tentaciones de los enemigos de mi alma. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

Día quinto - Enfermos curados: Caritativo San Antonio que curáis las enfermedades del cuerpo y del espíritu, rogad por mí a fin de que, con salud del alma y del cuerpo, en todo tiempo sirva fielmente al Señor. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

Día sexto - El mar: Maravilloso San Antonio que hasta sobre el mar dejasteis sentir vuestro poder, guiadme enmedio del proceloso mar de la vida y protegedme en todos los peligros, para que no se pierda mi alma. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

Día séptimo - Los presos: Compasivo San Antonio que rompéis las cadenas de la cautividad y de las malas pasiones, rogad por vuestro/a devoto/a a fin de que nunca me deje esclavizar por los vicios y pecados. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

Día octavo - Bienes perdidos: Benditísimo San Antonio que hacéis hallar las cosas perdidas, logradme que recobre lo que pueda perder y que conserve cuanto aprecio y en especial la gracia y amistad de Dios. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

Día noveno - Pobreza: Misericordiosísimo San Antonio que socorréis a los pobres y necesitados, auxiliadme en mis penas y tribulaciones y haced que yo halle en vos el consuelo y bienestar que necesito. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.


Rosario de San Antonio

El Rosario de San Antonio lo forman 39 cuentas, el mismo número de azotes que, según la Santa Tradición recibió Jesús en la Pasión. Son 13 grupos de 3 cuentas cada uno, en todos los cuales se hace una invocación y un Padrenuestro en la primera cuenta, un Avemaría en la segunda y un Gloria en la tercera.

Comenzamos el Rosario con la Señal de la Cruz y el Acto de contrición

(Si se añade como parte de la novena no es necesario repetir estas dos oraciones:)
Por la señal...
Señor mío Jesucristo...

Oración preparatoria propia del Rosario

Abrid, Señor, mis labios para bendecir vuestro Santo Nombre y el de vuestra Santísima Madre, la Bienaventurada Siempre Virgen María, al rezar los trece Padrenuestros, Avemarías y Glorias con sus trece invocaciones en honor de vuestro siervo San Antonio, cuyas virtudes deseo, con vuestra gracia, imitar en la tierra, para después gozar de vuestra gloria en el cielo. Amén.

Las trece Invocaciones

1ª.- San Antonio que resucitasteis a los muertos, ruega por los moribundos y por nuestros difuntos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

2ª.-
San Antonio apóstol celoso del Evangelio, presérvanos de los errores de los enemigos de Dios y ruega por el Papa, por nuestra Iglesia y por nuestra patria. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

3ª.- San Antonio que tanto puedes ante Dios líbranos de las calamidades que por nuestros pecados nos amenazan. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

4ª.- San Antonio que ahuyentas a los demonios, líbranos de todos sus lazos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

5ª.- San Antonio lirio de celestial pureza, limpia las manchas de nuestra alma y guarda nuestro cuerpo de todo peligro. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

6ª.- San Antonio médico celeste, cura nuestros enfermos y consérvanos la salud. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

7ª.- San Antonio guía de caminantes conduce a puerto seguro a los que están en peligro de perderse y calma las agitadas olas de las pasiones que atormentan nuestras almas. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

8ª.- San Antonio redentor de cautivos, líbranos de la esclavitud del mal. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

9ª.- San Antonio que a mozos y ancianos devuelves el uso de los miembros, haz que usemos santamente los sentidos del cuerpo y las facultades del alma. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

10ª.- San Antonio que restituyes las cosas perdidas, haz que recobremos cuanto hubiéremos perdido en el orden espiritual o temporal. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

11ª.- San Antonio amado de María, apártanos de los peligros que amenazan a nuestro cuerpo y a nuestro alma. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

12ª.- San Antonio que socorres a los pobres, ayúdanos en nuestras necesidades y da pan y trabajo a los menesterosos que a ti acuden. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

13ª.- San antonio reconocidos proclamamos tu milagroso poder y agradecidos te suplicamos que nos protejas todos los días de nuestra vida y en la hora de la muerte. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Este rosario se termina con las tres Avemarías como en el Rosario a Nuestra Señora:

1ª.- Virgen purísima antes del parto, ruega por nosotros. Avemaría.
2ª.- Virgen purísima en el parto, ruega por nosotros. Avemaría.
3ª.- Virgen purísima después del parto, ruega por nosotros. Avemaría.


Rece el Responso ahora si no está siguiendo la novena.

Si a continuación desea rezar las letanías, puede omitir ahora la:

Oración final del Rosario de San Antonio
(Para rezar tras las Letanías)

Piadosísimo Dios que ilustras con esplendores indeficientes a tu siervo San Antonio, concédenos benigno que alcancemos eficazmente por su intercesión lo que confiadamente te pedimos por sus méritos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Otro Rosario a San Antonio de Padua
(Al estilo letanías)

Oración preparatoria
(La misma que el anterior Rosario)


Ruegos

1º.- San Antonio de Padua, apóstol por la Fe, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

2º.- San Antonio de Padua, Patriarca por la Esperanza, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
 
3º.- San Antonio de Padua, serafín por la Caridad, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

4º.- San Antonio de Padua, que practicasteis la Mansedumbre y la Humildad de Jesús, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

5º.- San Antonio de Padua, ángel por la Castidad, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

6º.- San Antonio de Padua, prodigio de Penitencia, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

7º.- San Antonio de Padua Espejo de Obediencia, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
 
8º.- San Antonio de Padua, mártir por la Paciencia, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

9º.- San Antonio de Padua, querubín por la Oración, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

10º.- San Antonio de Padua, celador de la Justicia, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

11º.- San Antonio de Padua, dechado de Templanza, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

12º.- San Antonio de Padua, perla de Pobreza, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

13º.- San Antonio de Padua modelo de Constancia, ruega por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Las tres Avemarías

Responso
Oración final del Rosario

Letanías de San Antonio

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros
Trinidad Santa Un sólo Dios Verdadero, ten piedad de nosotros
Santa María concebida sin pecado original, ruega por nosotros

Gloria de la orden seráfica - Ruega por nosotros
Arca del Testamento
Santuario de sabiduría celestial
Conculcador de las vanidades mundanas
Vencedor de la concupiscencia
Prodigio de penitencia
Espejo de obediencia
Perla de pobreza
Lirio de celestial pureza
Tipo de humildes
Amante apasionado de la Cruz
Mártir por el deseo
Horno de la Caridad
Celador de la Justicia
Apóstol del Evangelio
Luz brillante de pecadores
Terror de los infieles
Modelo de perfección
Consuelo de los afligidos
Castigador de los crímenes
Defensor de la inocencia
Libertador de los cautivos
Guía de pecadores
Médico de los enfermos
Obrador de milagros
Quien restituye el habla a los mudos
Quien da oído a los sordos
Quien da vista a los ciegos
Quien da agilidad a los tullidos
Quien ahuyenta a los demonios
Quien resucita a los muertos
Quien hace encontrar las cosas perdidas
Quien amenaza el furor de los tiranos
De las asechanzas del enemigo, - San Antonio líbranos
Por tu poderosa intercesión
En todo el transcurso de la vida, San Antonio protégenos.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

Ruega por nosotros, oh, glorioso San Antonio, para que seamos dignos de alcanzar la promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Si se reza el Rosario y las Letanías seguidos, se reza ahora
la oración final del Rosario

Los trece martes a San Antonio

Por haber obrado el Santo Taumaturgo de Padua el martes siguiente al día de su muerte, tantos milagros que cuantos le invocaron recibieron consuelo, sus devotos le han consagrado la devoción de los trece martes.

Esta práctica se extendió más cuando el mismo Santo la recomendó a una señora de Bolonia si deseaba lograr sus gracias y favores, llegando a su apogeo al conceder León XIII, el 3 de julio de 1898 indulgencia plenaria a todos los fieles que, recibidos los Santos Sacramentos, visitaren una Iglesia franciscana y al enriquecerla el 1 de marzo de 1899 con una indulgencia plenaria para cada uno de los trece martes o domingos consecutivos, en los cuales los fieles recibieran los Santos Sacramentos y practicaran en obsequio del Santo, algún piadoso ejercicio de piedad.

1º Martes.- Considera el candor e inocencia de vida que, desde su infancia guardó San Antonio de Padua. Pide al Santo de los milagros, que te alcance del Señor la pureza de alma y cuerpo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

2º Martes.- Considera el menosprecio en que tuvo San Antonio las riquezas y los honores de este mundo, al entrar en religión para consagrarse a Dios. Pide al Santo que te alcance la victoria contra los enemigos de tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

3º Martes.- Considera el celo de San Antonio, consagrado en la Orden Franciscana a la evangelización de los pueblos, para llevar almas a Dios. Pide al Santo que te alcance la gracia de cumplir con tus deberes cristianos y tus buenos propósitos ofrecidos al Señor.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

4º Martes.- Admira la humildad profunda del Taumaturgo de Padua, a pesar de los tesoros de gracia y de ciencia de que estaba adornado. Pide al Santo la singular merced de conservarte humilde a los ojos de Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

5º Martes.- Pondera el notable don de ciencia que poseyó San Antonio y que reveló el mismo Señor para provecho de las almas. Pide al Santo que te alcance una Fe viva y un conocimiento perfecto de la ciencia que lleva a Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

6º Martes.- Considera la singular eficacia de la predicación de San Antonio en la conversión de los herejes y pecadores. Pídele que te alcance la piedad y humilde sujeción necesaria para salvar tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

7º Martes.- Considera el amor y la ternura de San Antonio en socorrer a los desvalidos y desgraciados. Ruega al Santo que te ayude en tus necesidades del alma y del cuerpo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. 

8º Martes.- Admira los portentosos milagros que obró San Antonio durante su vida mortal. Pídele que te obtenga el amor de Dios y que sepas dar al prójimo el óbolo de la caridad y buen consejo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

9º Martes.- Considera la confianza en Dios que tuvo San Antonio y el respeto a la Palabra Evangélica, al predicar a los peces para confusión de los herejes. Pide al Santo la gracia de escuchar con devoción la Divina Palabra, para que fructifique en tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

10º Martes.- Pondera la devoción que siempre profesó San Antonio a Nuestra Santísima Madre María, mereciendo su visita y sus gracias. Ruega al Santo que te alcance igual amor y confianza en Nuestra Bendita Madre.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

11º Martes.- Considera la suma reverencia de San Antonio al Santísimo Sacramento, obligando a los irracionales a postrarse ante la Hostia Consagrada. Pide la gracia de que recibas siempre con fervor la Sagrada Eucaristía y asistas a la Santa Misa con profunda adoración.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

12º Martes.- Recuerda la  heroica paciencia de San Antonio en sus enfermedades y el gran deseo de verse libre de los lazos de este mundo para ir al cielo, muriendo a los 36 años, consumido en amor de Dios. Pídele que en la hora de la muerte tengas la dicha de recibir los Últimos Sacramentos y pronuncies los dulces nombres de Jesús, María y José.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

13º Martes.- Considera las muchas obras que nos ha dejado nuestro glorioso Santo, para que podamos obsequiarle y alcanzar sus favores y gracias en esta vida. Pídele que sepas aprovecharte de tales gracias para gloria de Dios y de la Santísima Virgen, honra del Santo y provecho de tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.


Oración a San Antonio en el día de su fiesta
  13 de Junio

  Trece minutos con San Antonio
Arrodillados ante su imagen (o estampa) le diremos con ternura:

Trece minutos que estaré a tus pies, padre mío San Antonio, para ofrecer mi invocación sentida ante tu imagen milagrosa, de quien tanto espero, pues bien se ve que tú tienes poderosas fuerzas divinas para llegar a Dios. Así lo revelan tus patentes milagros, padre mío San Antonio, pues cuando acudimos a ti en horas de tribulaciones, siempre somos prontamente escuchados.

Hoy que es un día tan grande, llegarán a ti, miles de almas, que son tus fervientes devotos, a pedirte, porque sabemos que nos harás grandes concesiones, poniendo en primer turno a los más necesitados para que reciban tus favores. ¡Qué consolado me siento al entregarte mis penas!

Espero Santo mío me concedas la gracia que deseo y si me la concedes, te prometo contribuir con una limosna para tus niños pobres.

Tres grandes gracias te concedió el Señor; que las cosas perdidas fueran aparecidas, las olvidadas recordadas y las propuestas aceptadas. ¡Cuántos devotos llegarán a ti, diariamente a pedirte alguna de las tres, y tú jamas te niegas a concederlas! ¡Qué llegue hoy a ti lo mío que tan necesitado pone a tus pies éste humilde devoto.

Tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria.

Cinco minutos en compañía de San Antonio

Procura todos los días recogerte durante al menos cinco minutos ante el altar o imagen de San Antonio, figurándote que te habla en la siguiente o parecida forma:

Mucho tiempo hace que yo te esperaba, porque conozco las necesidades en las que te encuentras y cuyo socorro deseas obtener del Señor por mi intercesión. Estoy pronto a dispensártelo; manifiéstame sinceramente lo que necesitas; franquéame tu corazón afligido; yo derramaré sobre él una gota del bálsamo celestial que cure todas tus llagas y haga desaparecer tus dolores. ¿Pobre hijo/a mío/a! ¡cuántas son tus adversidades, tribulaciones e indigencias, así del cuerpo como del alma! ¿No es verdad que deseas mi auxilio para llevar a feliz término aquel asunto, para salir airoso de aquel pleito, para encontrar aquella cosa o ser perdidos, para recobrar aquellos intereses, para precaver aquel mal que te amenaza, para conseguir aquel bien que deseas, para restituir la paz en la familia o en aquella otra en donde sabes que ha echado raíces la cizaña de la discordia, para impetrar el dolor de los pecados para ti o para aquellas otras personas, para alcanzar las virtudes cristianas, para librarte a ti y a aquellos tus seres queridos y amigos del peligro del pecado, para librar a tal o cual alma allegada de las penas del Purgatorio?

Manifiéstame hijo/a mío/a con entera confianza tus deseos. Prontísimo estoy a escuchar tus súplicas, con tal que no sean contra tu bien espiritual y las propongas conforme a la Voluntad divina. Mas a cambio de mi generosa protección te pido una insignificante muestra de agradecimiento: si me quieres hallar siempre propicio, sé más asiduo en la recepción de los Santos Sacramentos, más devoto de la Pasión del señor y de Nuestra Amantísima Madre María, más amante de los pobres y de las Ánimas Benditas del Purgatorio; pues has de saber que nada niego cuando se me pide mediante alguna ofrenda material para los míseros o espiritual para Jesús y María y las Ánimas. Has de tener en suma, una voluntad pronta y decidida no sólo para ser buen/a cristiano/a, sino aun para seguir la divina vocación, si te llama a estado más perfecto.

Bien, ahora ya te concedo la gracia que más ansiabas; recibe mi bendición, vete en paz a tus quehaceres y jamás vuelvas a pecar.

Oración eficaz a San Antonio
Para cualquier necesidad

Acordaos ¡oh, glorioso San Antonio! amigo del Niño Jesús e hijo querido de María Inmaculada, que jamás se oyó decir que alguno de cuantos han recurrido a vos, implorando vuestra protección, haya sido abandonado. Animado de igual confianza, vengo a vos, ¡oh fiel consolador de los afligidos! y gimiendo bajo el peso de mis pecados me postro a vuestros pies y pecador como soy me atrevo a comparecer delante de vos. No desechéis, pues, mis súplicas, vos que sois tan poderosos cerca del Corazón de Jesús, antes bien, escuchadla favorablemente y dignaos acceder a ella. Amén.

Otra oración
infalible a San Antonio

Oh bendito San Antonio, él más gentil de todos los santos, tu amor por Dios y tu caridad por sus criaturas te hicieron merecedor, cuando estabas aquí en la tierra, de poseer poderes milagrosos. Los milagros esperaban tu palabra, que tu estabas siempre dispuesto a hablar por aquellos con problemas o ansiedades. Animado por este pensamiento, te imploro obtengas para mí… (menciona tu petición). La respuesta a mi rezo puede que requiera un milagro, pero aun así tú eres el santo de los milagros.

Oh gentil y querido santo, cuyo corazón siempre esta lleno de compasión humana, susurra mi petición a los oídos del dulce Niño Jesús, a quien le gustaba estar entre en tus brazos, y por siempre tendrás la gratitud de mi corazón.

Rezar 13 padrenuestros, Avemarías y Glorias.


Una oración breve

Ampárame en esta hora,
¡oh San Antonio amado!
Bajo tu acción bienhechora,
halla alivio el desgraciado.
El enfermo y el desvalido
y el que en la cárcel se ve
son por ti favorecidos
cuando te invocan con fe.
Yo, con toda confianza,
te invoco en esta ocasión,
y vivo con la esperanza
de obtener tu protección.


Otra breve oración para pedir su intercesión

¡Oh glorioso San Antonio!, a quien Dios ha elegido como intercesor nuestro en los apuros y pérdidas de la vida material, y como protector de los pobres ante los ricos: protégenos con tu favor en todas las necesidades y enredos de nuestra vida, danos sincero amor de los pobres, mucha confianza en Dios y alto aprecio de la vida eterna, a la cual se ordena toda la vida temporal.

Especialmente suplicamos tu intercesión en este favor que te pedimos.

Dos oraciones en una para pedir favores y recobrar la gracia perdida


¡Oh admirable y esclarecido protector mío, San Antonio de Padua! Siempre he tenido grandísima confianza en que me habéis de ayudar en todas mis necesidades, rogando por mi al Señor a quien servisteis, a la Virgen Santísima a quien amasteis y al divino Niño Jesús que tantos favores os hizo. Rogadles por mi, para que por vuestra poderosa intercesión me concedan lo que pido. (Pídase aquí el favor)

¡Oh Glorioso San Antonio! Pues las cosas perdidas son halladas por vuestra mediación y obráis tantos prodigios con vuestros devotos; yo os ruego y suplico me alcancéis de la Divina Majestad el recobrar la gracia que he perdido por mis pecados, y el favor que ahora deseo y pido, siendo para Gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.

Una oración a San Antonio en la tribulación

¡Oh bendito San Antonio de Padua! Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día. A ti elevo mis débiles oraciones. Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo el ser socorrido en mis necesidades.

Bien ves, santo mío, que, llenos de amor, de respeto y de confianza, claman a ti todos cuantos se ven en alguna necesidad o peligro; a ti clama el enfermo en el lecho del dolor, el encarcelado desde su lóbrego calabozo, el cautivo desde su mazmorra, el sencillo pastor desde su rústica cabaña, el peregrino en su largas y penosas expediciones, el navegante entre las espumosas olas del mar.

Unos y otros esperan vencer con tu amparo los obstáculos que se oponen a su felicidad en el camino de la vida; unos y otros esperan ver satisfechos sus deseos; todos en fin, confían por tu mediación verse remediados en sus necesidades.

Séalo yo al presente, ¡oh milagroso Santo! Alcance yo por tu mediación el poderoso auxilio del cielo, que puede en nuestras tribulaciones sacarnos ilesos y triunfantes. Amén.


Una preciosa oración de saludo y petición a San Antonio
Para los verdaderos devotos amantes de este gran Santo

Te saludo, Antonio de Padua, y por la gran fe que tengo en nuestro Señor Jesucristo, a quien lealmente serviste, y en la siempre Virgen María, que tanto amaste, y en el dulcísimo Niño Jesús que en vuestro aposento hallaste; por los treinta y tres años que vivió y después murió en la Cruz por nuestro amor, y por los tres años que estuviste tú en el desierto, deseoso de hallar a aquel supremo Señor, que os apareció y os dijo aquellas palabras: "Antonio, siempre estaré a tu lado, sellaré tu corazón"; por el hábito que vestiste, por el cordón que ceñiste, por los muchos milagros que Dios ha obrado y obra todos los días por medio tuyo, por la grande confianza que tengo en tu intercesión, te suplico, postrado en tierra, te dignes interceder delante de Nuestro Señor Jesucristo, para que me conceda por vuestro medio, si me conviene, la gracia que deseo.... (mencionar el favor a pedir)

Señor mío Jesucristo, por los méritos de vuestro siervo Antonio, así como resucitasteis los muertos y librasteis a su padre, concededme esta gracia por los méritos e intercesión de vuestro siervo Antonio, por quien las cosas olvidadas son recordadas, las ausentes se hacen presentes, las perdidas se hallan, las justamente propuestas son aceptadas y las empezadas son acabadas; así os ruego, Dios mío potentísimo, me concedáis aquella gracia que deseo, si es conforme a vuestra Santa Voluntad.

Padrenuestro y Avemaría.

Dios mío Jesucristo, por vuestra infinita misericordia aquietad las angustias de mi corazón, para que viviendo y muriendo, pueda siempre alabaros, bendeciros y loaros. Amén.


Oración diaria para los devotos

Te saludo San Antonio y me regocijo en los favores que nuestro Señor libremente te ha otorgado. Te recuerdo en especial tu momento de dicha cuando el Divino Niño Jesús condescendió abrazarte con ternura. ¡Oh, que gran felicidad y alegría llenaría tu corazón en esa ocasión! Por esta especial prerrogativa y por la alegría de tu beatifica visión, que ahora le tienes a El cara a cara, te ruego, te suplico y te imploro Oh querido San Antonio, que me ayudes en mis aflicciones, problemas y ansiedades, particularmente concerniente a (aquí menciona tu problema, tu petición). Oh, deja que tu corazón se conmueva para interceder por mí, para escuchar y responderme. Dile al Señor de los deseos y necesidades de tu devoto (a) cliente. Una palabra, una mirada de tu corazón que tanto ama el Niño Jesús, coronara mi éxito y me llenara de alegría y de gratitud. Amén.

San Antonio a quien el Niño Jesús amo y honró, concédeme lo que te pido.
San Antonio, poderoso en palabra y acción, concédeme lo que te pido.
San Antonio, siempre dispuesto a ayudar a los que te invocan, concédeme mi petición. Amén.

V. Ruega por nosotros San Antonio.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

ORACIÓN. Oh Dios, que te dignaste escoger a San Antonio como modelo de todas las virtudes para la bendición de toda la humanidad, y has convertido a muchas almas a través de sus sermones y buen ejemplo, concédeme que por sus méritos e intercesión pueda real y verdaderamente convertirme, renunciar al pecado y a todo deseo de pecar, y hacerme cada vez más y más del agrado de Dios por la practica de la verdadera virtud. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Otra oración de saludo a San Antonio

Os saludo, Antonio Santo de Padua, por aquellas oraciones que en el campo hicisteis, confesando y predicando la fe de Cristo Nuestro Señor; por aquellos tres años que en el monte oraste, y perdiendo el breviario, fue hallado por el Niño Jesús; por la revelación que tuviste para ir a libertar a tu padre de falsos testigos acusado y condenado a muerte, de que lo libraste; líbrame a mí, glorioso Santo, de falsos testigos, de malas compañías y de condenaciones injustas; y por aquellas gracias que pediste al Señor que lo perdido se hallare, lo olvidado fuese recordado, lo propuesto se aceptase y lo empezado se acabase, os suplico me alcances del Señor alegre mi corazón, concediéndome la gracia que os pido, si es su Santa Voluntad, con la cual me conformo totalmente.

Dios mío Jesucristo, por vuestra infinita misericordia aquietad las angustias de mi corazón, para que viviendo y muriendo, pueda siempre alabaros, bendeciros y loaros. Amén.

Tres Padrenuestros al Niño Jesús, tres Avemarías a la Virgen, tres glorias y el Responso.


El pan de los pobres de San Antonio
Origen de la devoción


Esta devoción antoniana consiste en ofrecer a San Antonio una determinada limosna para sus pobres en el caso de que el Santo escuche la petición que se hace. El origen de esta devoción es debida al siguiente caso:

La señorita Louisa Vouffier vivía en Tolón, a quien se le había roto la cerradura de su almacén. Después de probar muchas llaves y viendo la inutilidad de sus esfuerzos, el cerrajero se disponía a forzar la puerta, cuando Louise le detuvo:

-- Acabo de prometer a San Antonio una limosna para sus pobres en caso de que ceda la cerradura. Vuelva, pues a probar las llaves.

Apenas el cerrajero introdujo una llave, se abrió la puerta sin dificultad y la señorita Vouffier entregó la limosna al pan de los pobres de San Antonio.

Oración
para pedir favores a San Antonio
ofreciendo limosna para el pan de los pobres


¡Oh, admirable San Antonio! glorioso por los grandes milagros realizados, que merecisteis tener en los brazos al Niño Jesús, obtenedme de su bondad la gracia que ardientemente deseo.
Vos que fuisteis tan misericordioso con los pecadores, no miréis mis pecados, sino la gloria de Dios, que será una vez más ensalzada por vos y a la salvación de mi alma, unida a la súplica que ahora solicito con tanto anhelo.
(Se pide el favor).

Séaos prenda de mi gratitud la promesa de una vida más conforme a las enseñanzas del Evangelio y consagrarme al alivio de los pobres de vos tan amados.

Bendecid mi promesa y alcanzadme la perseverancia hasta la muerte. Así sea.


Otra oración por los pobres

  Altísimo y Sapientísimo Señor del mundo, de los cielos y de la tierra, que todo lo conoces y todo lo gobiernas suave y fuertemente; excelentísimo Creador de cielos y tierra, que muestras la grandeza de tu poder en las cosas grandes y la perfección de tu gobierno en las cosas pequeñas; vigilantísimo Gobernador del universo, sin cuya anuencia no cae ni un cabello de nuestra cabeza, ni una hoja de nuestros árboles; bondadosísimo Dueño, que vistes de espléndidas galas a las hierbas del campo y das de comer a las aves del cielo; amantísimo Padre, que para que los ricos den su pan a los pobres, los estimulas con tus palabras, los amenazas con tus enemistades y les premias sus caridades con innumerables favores, unas veces advertidos y otras inadvertidos: te suplicamos que atiendas a los ruegos que te dirigimos por medio de tu siervo San Antonio, para que tengas providencia de nosotros para nuestro bien, nos concedas todas las gracias temporales que nos convengan y, sobre todo ordenes nuestra vida, conforme a toda caridad contigo y con tus pobres, para salvación y santificación de nuestras almas.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Consagración de los niños a San Antonio

El día que murió San Antonio, los niños salieron gritando por las calles "¡ha muerto el santo, ha muerto el santo!". Desde entonces, todas las familias cristianas adoptaron la tradición de consagrar a sus hijos al Santo de Padua, para que él los proteja durante toda su vida de los peligros de alma y cuerpo y les preserve su pureza e inocencia.

Todos los años en las iglesias franciscanas se lleva a cabo esta hermosa devoción cada 13 de junio, reuniendo a miles de devotos de San Antonio, vistiendo a los niños con el hábito, para que los bendiga y consagre por medio del sacerdote, que suele utilizar esta fórmula, la cual también puede utilizar en casa uno mismo:


V) Nuestro auxilio es el Nombre del Señor
R) Que hizo el cielo y la tierra
V) Nuestro Dios es Misericordioso
R) El Señor protege a los pequeños
V) Señor, escucha nuestra oración
R) Y llegue a Ti nuestra súplica
V) El Señor esté con vosotros (si es un sacerdote, sino, se omite)
R) Y con tu espíritu

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo que, engendrado antes de todos los siglos, quisiste hacerte sin embargo, niño en el tiempo y amas la inocencia de esta edad; que abrazaste con amor a los niños a Ti presentados y los bendijiste; y que en forma de niño descansaste en los brazos de tu siervo San Antonio de Padua: derrama sobre este/a niño/a la abundancia de tus bendiciones y haz que la malicia no corrompa su entendimiento y concédele, por la intercesión del mismo San Antonio, a cuya protección lo/la confiamos que, progresando a una con la edad en sabiduría y gracia, pueda siempre agradarte. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
(Si es posible se rocía con agua bendita)
La paz y bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y te acompañe siempre. Amén.

Hábito de San Antonio

Es laudable costumbre llevar en honor de San Antonio, hábito y cordón bendecidos para esto. El hábito
será del color de las órdenes franciscanas y ha de acomodarse en todo a la sencillez, naturalidad y decencia cristiana. El cordón ha de llevar cinco o tres nudos, (como las cinco Llagas de Cristo o las tres Personas de la Santísima Trinidad) procurando que sea blanco o acorde al color del hábito.

El escapulario del hábito de San Antonio
El escapulario se compone de dos piezas del color y largo del hábito, cubriendo desde el cuello hasta los pies por delante y la espalda hasta los pies por detrás, con hueco para la cabeza. Sobre la pieza de delante va grabada la imagen de San Antonio y en la pieza de atrás sobre la espalda, estampado el Breve de San Antonio. También se puede llevar un escapulario más pequeño de dos piezas unidas por un cordón blanco, con los mismos grabados. Así mismo, existe la medalla de San Antonio, de la cual hay para escoger diferentes modelos y formas, que puede servir de escapulario.


La Cruz de San Antonio

Esta insignia la usan los asociados a la Pía Unión de San Antonio, consiste en una elegante Cruz española de San Fernando y ostenta por el centro del anverso la imagen de San Antonio con el Niño Jesús en el brazo izquierdo y en el derecho una rama de azucena, que simboliza la pureza. En el reverso de la Cruz se ve grabado el conocido Breve de San Antonio.

Los lirios de San Antonio

Son cuatro los emblemas antonianos: Los lirios o azucenas, emblema de la castidad y la juventud; los Santos Evangelios, emblema de la sabiduría como Doctor Evangélico, martillo de los herejes y Arca del Testamento; el Niño Jesús en brazos de San Antonio, que hizo de San Antonio el Santo de los milagros, el Santo de todo el mundo; y el pan de San Antonio, del cual se alimentan los pobres del mundo entero.

La azucena es símbolo de la pureza. A San Antonio se le representa las más de las veces con un lirio en la mano y al Niño Dios en el otro brazo, lo que significa que el Santo de Padua mereció, por su pureza, las apariciones y ternuras del Niño Jesús y que es modelo de inocencia y poderoso abogado defensor de estas encomiables virtudes.

Los lirios de San Antonio son una prenda de esta tutela. Merced a la bendición solemne que reciben de la Iglesia, tienen el poder eficaz de ahuyentar al demonio de la impureza, curar las enfermedades y alcanzar la paz y la gracia, a condición de poseerlos con devoción.

Los panecillos de San Antonio

Es tradición popular que en el día de la fiesta de San Antonio, se bendigan los panecillos colocados en canastillas sobre el altar, lo cual se suele hacer después de la Misa. Las gentes acuden devotamente a recibir este pan y es costumbre entregarlos más tarde gratuitamente a quienes acuden o a instituciones benéficas, llenando de bendición de San Antonio, la mesa de los devotos en su día.

 + R.A.S.A.

Los muy devotos de San Antonio, tienen por costumbre al escribir sus cartas, añadir unas iniciales en honor a San Antonio, para que la misiva no se extravíe y sea bendecida, bendiciendo a su vez a quienes la escriben y a quienes la reciben. Muchos milagros se han producido con estas cuatro iniciales, cartas que aparecen después de haberse perdido casi ya irremediablemente, o las que llegan a lugares remotos, donde ni siquiera hay servicio de correos, o que por error se enviaron con direcciones incorrectas que llegan al lugar correcto o las que llegan en tiempo brevísimo. Así pues, San Antonio ha oficiado de cartero divino de sus devotos. Las iniciales R.A.S.A. significan ni más ni menos que: Recomendada A San Antonio.

Breve de San Antonio

Radica en un milagro que San Antonio hizo en una mujer que estaba a punto de suicidarse.  La razón de su suicidio radicaba en su erróneo pensamiento de que, por su vida y pecados era inmerecedora del perdón de Dios, así que sacrificaba su vida como ofrenda, arrojándose al río. Al pasar cerca de una Iglesia franciscana, a
ntes de perpetrar semejante ofensa a Dios, entró a despedirse del Santo de Padua, a quien le tenía gran devoción, para darle su último adiós. San Antonio se le apareció para persuadirla de su engaño y le entregó un pergamino, que al colgarlo de su cuello de inmediato le libró de las asechanzas del demonio, en el cual se leía este breve:
 
"He aquí la Cruz del Señor; huid todos mis enemigos. Ha triunfado el León de Judá, la Raíz de David. ¡Aleluya, Aleluya!"


Visita mensual domiciliaria de San Antonio de Padua

Oración para recibir la imagen del Santo

¡Gloriosísimo San Antonio que, lleno de inefable bondad os dignáis visitar esta casa y familia! Postrados a vuestras plantas humildemente reconocemos el inmerecido honor que nos dispensáis, porque vuestra visita será de paz y consuelo para todos vuestros devotos. Nos enseñaréis lo que debemos hacer para mejor agradar a Dios, cumpliendo fielmente con nuestros respectivos deberes y nosotros aprenderemos vuestras celestiales enseñanzas. Frecuentaremos más vuestros Santo Sacramentos y despreciaremos el miedo al ridículo, que tantos daños espirituales nos acarrean y seremos luz del mundo con nuestro comportamiento edificante.

Interceded con ese Divino Niño Dios que tenéis en vuestros brazos, con la Inmaculada Virgen María y el glorioso San José para que bendigan este hogar y derramen sobre él los tesoros del cielo, para que esta familia imite a aquella otra de Nazaret en la conformidad con la Voluntad del Señor y en todas las demás virtudes que en ella resplandecieron. Amén.

Se puede honrar a San Antonio con sus oraciones o meditaciones, con su Rosario o su novena, con la consagración a niños y adultos, bendición de los panes en la comida y bendición de la casa y enseres o con ofrendas florales, según la costumbre de cada lugar o familia. Al terminar la visita se reza la:

Oración para despedir la imagen del Santo

¡Amadísimo protector nuestro San Antonio! Nuevamente congregados a vuestras plantas os damos expresivas gracias por haberos dignado permanecer entre nosotros durante este día. Nunca olvidaremos las lecciones que nos habéis dado y los buenos propósitos que os hemos ofrecido Antes de abandonar esta morada, os suplicamos fervorosamente que socorráis a todos los que os invocan, a todos los que sufren abandonos y desamparos, persecuciones, injusticias o calumnias, a los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, a los que tienen hambre y viven en noche perpetua a causa de su rudo padecer. Os rogamos también que llaméis dulcemente a todos los que viven olvidados de su santificación y que nos alcancéis del Divino Niño el remedio de todas nuestras necesidades espirituales y temporales; que toda la tierra sea renovada y todos los corazones reconozcan el reinado absoluto de Cristo y todas las lenguas confiesen que no hay salvación fuera de sus doctrinas y enseñanzas por su Santa Iglesia y predicadas por sus ministros. Bendecidnos a todos y alcanzadnos el don inestimable de la paz. Así sea.




Si estás deseando pedir favores a San Antonio o quieres hacerte devoto suyo, es bueno que leas diariamente un poco de su vida visitando por ejemplo estos enlaces:
Biografía de San Antonio
El otro San Antonio de Padua ¡Este artículo es muy bueno!
Fuentes recopiladas obtenidas de Devocionario.com, Catholic-forum y Devociones Antonianas entre otras

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¡¡Gracias por tu visita!!
Que San Antonio te bendiga