"Adiós tierra de María"

A... Dios Santo Padre...

Deje sus condolencias al Santo Padre
El adiós en imágenes
Oración para pedir favores
Peticiones de favores a Juan Pablo II
El Ave María cantada por Niña Pastori (PPS)

El Santo Padre Juan Pablo II visitó España en cinco ocasiones. La última visita se produjo el 3 y 4 de mayo de 2003, con motivo de la canonización de 5 beatos españoles.

El día 3 se celebró una vigilia de oración en el aeródromo de Cuatro Vientos con los jóvenes, la que les ofrecemos en esta página del Dominio Web Capilla De Oración Católica.





Mi testimonio


Nadie que no haya visto de cerca a nuestro Santo Padre, puede imaginarse con qué emoción se vive y aquellos que han recibido esta gracia de Dios, entenderán esta incontenible inspiración de querer narrarlo al mundo entero, porque lo que queda en el alma es tan grande, tan lleno de alegría, que el mismo Señor rebosa dentro de uno llamándonos a derramarse en los demás. Así pues, este es mi testimonio, el de una madre de familia numerosa, católica, visto desde mí misma, desde mi alma, desde mis propios ojos y recibido con todo mi ser cargado de religiosidad y de inmensa esperanza, puesto el corazón en el Señor y en la Santísima Virgen. Espero que Ellos dos conduzcan mis manos y mis palabras para explicarles lo que para mí es breve, porque aunque quisiera, no podría terminar de decirles lo que esta experiencia supuso para mí, o como diría San Juan, "ni todo el mundo podría contener los libros" que yo escribiera para terminar de contarlo.

Después que conseguimos los credenciales, decidimos que lo mejor era llevarnos a nuestros cinco hijos mayores y que los dos bebés se quedarían con el papá, dado el tumulto de gente, los kilómetros que deberían andar y el sol abrasador que les estaría mortificando durante tantas horas. Tanto calor hacía, que una dotación de bomberos refrescaba a la multitud, agradecida con fiestas, mediante las mangueras.

El mayor de mis hijos tiene 13 años, la pequeña que nos llevamos, tiene 7 y allí hasta donde nos dejaron llegar con el coche, el día 3 de mayo comenzamos nuestra peregrinación hasta el recinto de Cuatro Vientos en Madrid, donde se produciría el encuentro de los jóvenes con el Santo Padre apenas unas horas más tarde.

Agradezco al Señor la alegría de contar con la compañía de mi querida Isabel, su marido, sus tres niñas y su hermano, una familia religiosa por demás de San Sebastián, a quienes consideramos como de nuestra propia familia por el cariño que mútuamente nos profesamos y lo mucho que llevamos compartido a través de Internet prácticamente a diario.

Se pueden imaginar que no fue fácil caminar todos esos kilómetros bajo el sol, para esta madre de familia que lo más que camina es el domingo desde la puerta del coche a la puerta de la parroquia para ir a Misa, o el obligado paseo de compras por el hipermercado. Después de nueve hijos, los huesos, los músculos no están tan en forma como una quisiera y aunque llevábamos en previsión agua, gorra y calzado cómodo, mis pies se resentían pidiendo a gritos un refresco de agua con sal. Sin embargo el alma ilusionada no pedía otra cosa que seguir y seguir hasta que llegáramos, y era de allí mismo, del corazón de donde tomaba aliento para anestesiar cualquier molestia.

Tras varios kilómetros que no puedo calcular, pero que me parecieron cientos, llegamos al control policial, donde nos revisaron las mochilas y algunos las pasaron por el detector, como el que tienen los aeropuertos. Pero a mí simplemente me miraron por encima la mochila semiabierta, pensarían que mi cara de madre y mi aspecto congestionado pero alegre, no despertaba sospechas y pasé sin esperar colas de gente junto a
los demás niños e Isabel, que llevaba, la pobre, a su pequeña María de tres años en la sillita.

Medio kilómetro más y entramos por una hilera de vallas que nos llevaban a nuestro lugar, bastante cerca del escenario, ahí donde se ve el enorme globo naranja en la foto; pero cuando llegamos ya estaba copado de multitudes y quedamos a unos 500 metros del escenario (aproximadamente donde se adivina una segunda linea blanca de vallas entre la gente, hacia el fondo. La foto está hecha desde el mismo escenario.) Intentamos colocarnos cerca de alguna pantalla gigante, al menos y de los altavoces que al hacer eco unos con otros nos obligaban a ir cambiando de lugar, hasta donde pudiéramos escuchar mejor a los cantantes que en ese momento estaban actuando.

Por fin nos sentamos y los niños pidieron de comer y de beber, así que merendamos todos juntos y nos refrescamos con las bebidas que Rafael, el hermano de Isabel había traído en su mochila nevera. Ellos ya habían ido a visitar al Santo Padre algunas otras veces y es por eso que ya la experiencia les ayudó a ser muy prácticos y armarse de sillas ligeras plegables, comida rápida (¡mmmh, qué buenas estaban las pizzas que llevó Rafael hechas por él mismo!) y agua fresquita.

Teníamos a nuestro alrededor cientos de jóvenes, algunos sentados tras la caminata, con pañuelos atados a la cabeza, cual pirata, sus camisetas empapadas, sus vaqueros desgastados, sus zapatillas deportivas llenas de polvo y sus mochilas esparcidas por todo el campo. Otros saltando y coreando "¡viva el Papa!" a pesar de que él aún tardaría algunas horas en llegar. El ambiente invitaba a la alegría y también a la oración... un grupo de jóvenes capitaneado por un sacerdote muy activo que a la vez ejercía de animador, megáfono en mano les gritaba frases que ellos repetían y a las que todos los de alrededor nos uníamos. Una de las que más originales era esta: "¡Juan Pablo, campeón, te queremos mogollón!". Y aquella que tanto se repitió en este encuentro con los jóvenes: "¡esta es, la juventud de España!" quizá para demostrar que no solamente existe la juventud decadente que se critica en los debates televisivos o la libertina que se ensalza y difunde en los medios.

Pero sin duda la frase más coreada en esta visita fue: "¡Juan Pablo segundo, te quiere todo el mundo!", tanto que el Santo Padre de tanto escucharla, respondió en el aeropuerto: "Puede ser... - y tras unos segundos prosiguió - en España es verdad!" lo cual provocó un gran algarabía de júbilo entre los presentes.

Esta juventud que yo misma estaba viendo, aunque pareciera exteriormente poco diferente en su aspecto a cualquier otra de cualquier otro encuentro juvenil, quizá a la de un concierto de rock o similar, puedo asegurar que en las actitudes interiores y en sus expresiones eran absolutamente opuestas a todo desorden interior. Y dos hechos concretos lo demostraron, entre otros muchos: Aquel sacerdote que coreaba lemas por el megáfono, en un momento determinado comenzó a rezar los misterios gozosos del Santo Rosario. En respetuoso recogimiento, todos aquellos jóvenes y los demás que tuvimos la gracia de estar a su lado, respondíamos a cada Padrenuestro, Avemaría y Gloria, incluyendo las oraciones entre misterios y las Letanías Lauretanas a Nuestra Señora, sin que nadie se moviese de allí, ni interrumpiese, desde el principio hasta el final.

Más tarde, mientras un diácono cantaba solemne el Evangelio, se hizo un silencio estremecedor y uno por uno todos los jóvenes se levantaron y en pie escucharon hasta que el Evangelio volvió a ser depositado en alto sobre el atril a la vista de todos. Entonces yo pensé "es cierto, esta es la juventud de España" y los ojos se me llenaron de emoción y el alma de esperanza; Jesús estaba presente, Jesús nos había convocado, estábamos allí para ver al Santo Padre, pero ¿por qué? ¿quizá por curiosidad? ¿por su carisma personal? ¿qué  le mueve a un joven ir a ver a un anciano? Ante aquel silencio respetuoso a la Palabra del Señor se hubieran despejado todas las dudas del más escéptico. Era el Señor Quien movía el corazón del Santo Padre para reunir a cientos de miles de almas que seguían al Hijo de Dios Vivo, a Quien se le estaba demostrando respeto, amor y alegría por recibir la gracia de ser todos uno en Él y el cariño y veneración por un testigo excepcional: su propio Vicario en la tierra.


Vimos a través de las pantallas gigantes, como se acercaba el "papamóvil" y el júbilo creció junto a la emoción. Las vallas por donde iría a pasar estaban abarrotadas, nosotros quedamos como en tercera fila, es decir, a un metro. Puse a Alejandro el tercero de mis hijos, de 10 años, sobre mis hombros y unos momentos después conseguimos que se llegara hasta la misma valla con la cámara de fotos en mano. Como fuera que la gente nos apretujaba, quedé enterrada entre la multitud y me resigné a terminar por no ver al Santo Padre, pero contenta de que al menos mi niño pudiera sacarle una foto tan de cerca.

Por fin vi llegar desde mi izquierda el techo del "papamóvil" a punto de pasar lentamente delante de nosotros, le seguía con la vista y con eso me conformé y di gracias. Las personas pegadas a la valla se había subido a ella y braceaban coreando vivas al paso del Santo Padre y allí estaba yo... apenas a tres metros de él, sin poder verle, resignada sí, pero feliz de "sentirle" tan cerca.

  De pronto los que estaban sobre la valla se inclinaron ante el súbito empujón de la masa de gente que teníamos detrás y, en el espacio de un segundo, la fila que tenía delante se inclinó hacia mi derecha intentando verle pasando y los demás hacia la izquierda para seguir viéndole pasar, de modo que justo en el instante en que tenía el coche en línea recta frente a mí, se hizo un claro enorme y mis ojos atónitos pudieron hacerle una instantánea en un plano perfecto. El corazón creo que se me paró ante la sorpresa. ¡No podía creérmelo! Le había visto justo mirando hacia nuestro lado y justo saludándonos con su mano en ese mismo instante.

Todo el habitáculo completamente, el Santo Padre de cintura a solideo, su brazo extendido, el anillo en su mano saludando, su mirada fija en la gente: una foto que hizo mi memoria en mi corazón, que jamás olvidaré. Gracias a Dios vi al Santo Padre Juan Pablo II a unos pocos metros de mí y esa, estoy segura, fue una gracia especial, un detalle que Jesús y María tuvieron conmigo en ese momento en que parecía ya imposible que sucediera.

Volvimos todos hacia atrás, a nuestros espacios, buscando nuestras mochilas pisoteadas y cargados de emoción contándonos como habíamos visto cada uno al Santo Padre y desde donde; la mayoría de los niños de pie sobre las sillitas o a hombros de los mayores. Estando en eso vemos que una masa de gente sale corriendo hacia atrás. No entendíamos qué pasaba pues esperábamos que el autocar del Santo Padre se habría dirigido hacia los pasillos centrales enfilados al escenario. Sin embargo, no fue así; saltándose el protocolo, el "papamóvil" se paseó por todos y cada uno de los pasillos y ahora se conducía por el más alejado de todos ellos, justo a nuestra espalda. Así que un río de gente salió a carreras ante la sorpresa y muchos que estaban tan lejos pudieron hasta ir tocando su mano caminando al ritmo del autocar que, por momentos hubo de detenerse ante la inmensa multitud que se agolpaba con vítores a su alrededor. Allí corrió mi hijo el mayor y tal como el otro, pudo hacer una foto a boleo entre empujones, que esperamos haya sacado ¡al menos la espalda del Santo Padre!

Al fin llegó Su Santidad al escenario y la gente prorrumpió en vivas. Durante unas dos horas estuvimos escuchando emotivos testimonios de jóvenes católicos, seminaristas, sacerdotes, monjas especialmente de las congregaciones de los beatos que al día siguiente el Santo Padre canonizaría en la Plaza de Colón, en pleno centro de la capital española. También leyeron partes del Evangelio de San Marcos y los misterios del Santo Rosario. Escuchamos embelesados el Avemaría que cantó con tanta veneración Niña Pastori, quien reconoció que esta era la mejor experiencia de su vida, que un día contaría a sus nietos. Aquí la vemos saludando a Su Santidad, desbordada por las lágrimas de emoción. (Ver PPS del Ave María cantada a Juan Pablo II por Niña Pastori)

Cuando nos habló el Santo Padre, todos los que estábamos allí pensamos que el sacrificio había valido la pena. Se le veía vital, lleno de entusiasmo, atento a los lemas que le dedicábamos. Tras recordarnos que hacía 56 años que a la joven edad de 26 había sido ordenado sacerdote y esperando con sonrisa cómplice a que hiciéramos cuentas, dejó a un lado los papeles y nos preguntó: "Entonces, ¿cuántos años tiene el Papa?" y todos gritábamos a una "¡Eres joven, el Papa es joven!". Él asintió sonriendo: "¡Cuasi 83...!" Todos gritamos de nuevo "Eres joven, el Papa es joven". Así que contestó con gran sentido del humor: "¡Sí, un joven de 83 años!" gesticulando con la  mano como queriendo decir "ahí queda eso" Todos nos reímos y le aplaudimos con vivas. Verdaderamente es un Papa de espíritu joven, que rejuvenece más aún con el ambiente alegre que le transmiten los jóvenes. Así que yo pensé: "bien, pues yo soy una joven de 38 años" y aplaudí rabiar coreando "¡¡Eres joven, el Papa es joven!!".

Cuando terminaba su discurso tantas veces improvisado, que más bien pareció un diálogo personal con cada uno de nosotros, dijo: "Al concluir mis palabras..." y todos a una gritamos "¡oooohhh, noooo! ¡quédate!" durante un buen rato, impidiéndole proseguir, así como le decían a Jesús los discípulos de Emaús. "Debo concluir" añadió algo apenado y repitió: "Al concluir mis palabras" y de nuevo gritamos "¡ooooh noooo!". Por tercera y cuarta vez, golpeando enérgico el atril, sonriendo y simulando enojo repitió: "Bien, ¡¡al concluir mis palabras!!" y le dejamos terminar aunque a risas y aplausos, para que invocara a Nuestra Madre celestial y pidiéndole que Ella rezara con nosotros y por nosotros.

Finalmente nos bendijo y nos despidió. Entregó rosarios a muchos jóvenes y saludó a las autoridades que habían acompañado este encuentro quienes también le demostraban cariño y respeto. Finalmente le vimos marcharse del aeródromo de Cuatro Vientos, el que más y el que menos con la emoción en los lagrimales.

Pensar en volver a recorrer tantos kilómetros de vuelta, hubiera desanimado al más pintado para no volver a un acto de estas características. No obstante la vuelta se hizo muchísimo más corta porque llevábamos el corazón repleto de satisfacción. Los jóvenes que iban cantando y saltando a nuestro lado, nos animaban el camino y el ambiente de cordialidad nos hacía olvidar el cansancio. Entre el tumulto en peregrinaje, venía un sacerdote cuidando de que no se extraviasen nuestros niños; los acariciaba diciéndoles que para ellos esto era Historia y que nunca lo olvidarían. También yo sentía que estaba siendo así para mí y con el corazón henchido y paso firme, ofrecí de nuevo al Señor todos los dolores musculares y el escozor de mis pobres pies, acordándome ante Jesús y María de todos los miembros de mi familia y mis queridos hermanos en la Fe.

Llegamos por fin hasta donde nos esperaba Marcelino, mi marido, con los bebés en el coche y nos despedimos de nuestros queridos amigos de San Sebastián, haciéndonos las últimas fotos que quedaban en el carrete. Le dije a mi hijo el mayor que si me hacía alguna foto más, podía titularla "madre de familia numerosa destruida después de volver de ver al Papa". ¡Teníamos el polvo del camino incrustado entre los cabellos, las ropas, el calzado y las fosas nasales! Pero en la cámara de fotos del alma, que sólo Dios posee, salimos con un corazón
renovado, joven, fresco, en el que llevábamos incrustado el Espíritu Santo que convierte corazones viejos en corazones nuevos, dispuestos a todo por el amor al joven Jesucristo que, como decía el Santo Padre no nos deja solos, sino que había estado entre nosotros, en cada uno de los que allí nos habíamos reunido en su Nombre, alentándonos a la fidelidad y lealtad a su Evangelio con el mensaje de una Buena Nueva actual y esperanzadora. "No os desaniméis, porque no estáis solos: el Señor nunca dejará de acompañaros, con su gracia y el don de su Espíritu".

Nunca se me olvidarán estas palabras del Santo Padre a todos los españoles, tanto en el encuentro con los jóvenes como en la homilía de Canonización:

Celebrando esta Eucaristía, invoco sobre todos vosotros el gran don de la fidelidad a vuestros compromisos cristianos. Que os lo conceda Dios Padre por la intercesión de la Santísima Virgen - venerada en España con tantas advocaciones - y de los nuevos Santos.

España evangelizada y evangelizadora
, ese es el camino. No descuidéis nunca esa misión que hizo noble a vuestro País en el pasado y es el reto intrépido para el futuro.


¡Sois el pueblo de Dios que peregrina en España! Un pueblo que a lo largo de su historia ha dado tantas muestras de amor a Dios y al prójimo, de fidelidad a la Iglesia y al Papa, de nobleza de sentimientos, de dinamismo apostólico.

El sucesor de Pedro, peregrino en tierras españolas, os repite: España, siguiendo un pasado de valiente evangelización: ¡sé también hoy testigo de Jesucristo resucitado!

Surgirán otros frutos de santidad si las comunidades eclesiales mantienen su fidelidad al Evangelio que, según una venerable tradición, fue predicado desde los primeros tiempos del cristianismo y se ha conservado a través de los siglos.

Surgirán nuevos frutos de santidad si la familia sabe permanecer unida, como auténtico santuario del amor y de la vida. La fe cristiana y católica constituye la identidad del pueblo español.

¡No rompáis con vuestras raíces cristianas! Sólo así seréis capaces de aportar al mundo y a Europa la riqueza cultural de vuestra historia.

Gracias a la juventud española, que ayer vino tan numerosa para demostrar a la moderna sociedad que se puede ser moderno y profundamente fiel a Jesucristo. Ellos son la gran esperanza del futuro de España y de la Europa cristiana. El futuro les pertenece...

Al dar gracias al Señor por tantos dones que ha derramado en España, os invito a pedir conmigo que en esta tierra sigan floreciendo nuevos santos. 

Amén, Santo Padre, amén.
María ZQ
¡Hasta siempre España! ¡Hasta siempre tierra de María!



PALABRAS DE JUAN PABLO II A
LOS JÓVENES EN EL AÉRODROMO
DE CUATRO VIENTOS

Aquí podemos leer el discurso previsto y al compararlo con la retransmisión televisiva o radiofónica, se observará cuántas veces el Santo Padre improvisó sus palabras y su diálogo con los jóvenes.


También puede seguir el evento retransmitido en diferido por Televisión Española y Plan Alfa, a través de Internet:
Llegada al aeropuerto de Barajas
SALUDO INICIAL

1. ¡Os saludo con cariño, jóvenes de Madrid y de España! Muchos de vosotros habéis venido de lejos, desde todas las diócesis y regiones del País. Estoy profundamente emocionado por vuestra calurosa y cordial acogida. Os confieso que deseaba mucho este encuentro con vosotros.

Os saludo y os repito las mismas palabras que dirigí a los jóvenes en el estadio Santiago Bernabéu, durante mi primera visita a España, hace ya más de veinte años: “Vosotros sois la esperanza de la Iglesia y de la sociedad (...) Sigo creyendo en los jóvenes, en vosotros” (3 noviembre 1982, n. 1).

Os abrazo con gran afecto, y junto con vosotros saludo también a los Obispos, sacerdotes y demás colaboradores pastorales que os acompañan en vuestro camino de fe.

Agradezco la presencia de Sus Altezas Reales, el Príncipe de Asturias y los Duques de Palma, así como de las Autoridades del Gobierno español.

Quiero agradecer también las amables palabras de bienvenida que, en nombre de todos los presentes, me han dirigido Mons. Braulio Rodríguez, Presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y los jóvenes Margarita y José. Saludo también a Mons. Manuel Estepa, Arzobispo Castrense, y a las Autoridades Militares que nos acogen en esta Base Aérea.

2. Queridos jóvenes, en vuestra existencia ha de brillar la gracia de Dios, la misma que resplandeció en María, la llena de gracia.

Con gran acierto habéis querido en esta vigilia meditar los misterios del Rosario llevando a la práctica la antigua máxima espiritual: "A Jesús por María". Ciertamente, en el Rosario aprendemos de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. Al comenzar esta oración, por lo tanto, dirijamos la mirada a la Madre del Señor, y pidámosle que nos guíe hasta su Hijo Jesús:

“Reina del cielo, ¡alégrate!
Porque Aquél, a quien mereciste llevar en tu seno,
¡ha resucitado! ¡Aleluya!”.

DISCURSO

1. Conducidos de la mano de la Virgen María y acompañados por el ejemplo y la intercesión de los nuevos Santos, hemos recorrido en la oración diversos momentos de la vida de Jesús.

El Rosario, en efecto, en su sencillez y profundidad, es un verdadero compendio del Evangelio y conduce al corazón mismo del mensaje cristiano: “Tanto amó Dios al mundo que dió a su Hijo único, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16).

María, además de ser la Madre cercana, discreta y comprensiva, es la mejor Maestra para llegar al conocimiento de la verdad a través de la contemplación. El drama de la cultura actual es la falta de interioridad, la ausencia de contemplación. Sin interioridad la cultura carece de entrañas, es como un cuerpo que no ha encontrado todavía su alma. ¿De qué es capaz la humanidad sin interioridad? Lamentablemente, conocemos muy bien la respuesta. Cuando falta el espíritu contemplativo no se defiende la vida y se degenera todo lo humano. Sin interioridad el hombre moderno pone en peligro su misma integridad.

2. Queridos jóvenes, os invito a formar parte de la “Escuela de la Virgen María”. Ella es modelo insuperable de contemplación y ejemplo admirable de interioridad fecunda, gozosa y enriquecedora. Ella os enseñará a no separar nunca la acción de la contemplación, así contribuiréis mejor a hacer realidad un gran sueño: el nacimiento de la nueva Europa del espíritu. Una Europa fiel a sus raíces cristianas, no encerrada en sí misma sino abierta al diálogo y a la colaboración con los demás pueblos de la tierra; una Europa consciente de estar llamada a ser faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo, decidida a aunar sus esfuerzos y su creatividad al servicio de la paz y de la solidaridad entre los pueblos.

3. Amados jóvenes, sabéis bien cuánto me preocupa la paz en el mundo. La espiral de la violencia, el terrorismo y la guerra provoca, todavía en nuestros días, odio y muerte. La paz - lo sabemos - es ante todo un don de lo Alto que debemos pedir con insistencia y que, además, debemos construir entre todos mediante una profunda conversión interior. Por eso, hoy quiero comprometeros a ser operadores y artífices de paz. Responded a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder fascinante del amor. Venced la enemistad con la fuerza del perdón. Manteneos lejos de toda forma de nacionalismo exasperado, de racismo y de intolerancia. Testimoniad con vuestra vida que las ideas no se imponen, sino que se proponen. ¡Nunca os dejéis desalentar por el mal! Para ello necesitáis la ayuda de la oración y el consuelo que brota de una amistad íntima con Cristo. Sólo así, viviendo la experiencia del amor de Dios e irradiando la fraternidad evangélica, podréis ser los constructores de un mundo mejor, auténticos hombres y mujeres pacíficos y pacificadores.

4. Mañana tendré la dicha de proclamar cinco nuevos santos, hijos e hijas de esta noble Nación y de esta Iglesia. Ellos “fueron jóvenes como vosotros, llenos de energía, ilusión y ganas de vivir. El encuentro con Cristo transformó sus vidas (...) Por eso, fueron capaces de arrastrar a otros jóvenes, amigos suyos, y de crear obras de oración, evangelización y caridad que aún perduran” (Mensaje de los Obispos españoles con ocasión del viaje del Santo Padre, 4).

Queridos jóvenes, ¡id con confianza al encuentro de Jesús! y, como los nuevos santos, ¡no tengáis miedo de hablar de Él! pues Cristo es la respuesta verdadera a todas las preguntas sobre el hombre y su destino. Es preciso que vosotros jóvenes os convirtáis en apóstoles de vuestros coetáneos. Sé muy bien que esto no es fácil. Muchas veces tendréis la tentación de decir como el profeta Jeremías: “¡Ah, Señor! Mira que no sé expresarme, que soy un muchacho” (Jr 1,6). No os desaniméis, porque no estáis solos: el Señor nunca dejará de acompañaros, con su gracia y el don de su Espíritu.

5. Esta presencia fiel del Señor os hace capaces de asumir el compromiso de la nueva evangelización, a la que todos los hijos de la Iglesia están llamados. Es una tarea de todos. En ella los laicos tienen un papel protagonista, especialmente los matrimonios y las familias cristianas; sin embargo, la evangelización requiere hoy con urgencia sacerdotes y personas consagradas. Ésta es la razón por la que deseo decir a cada uno de vosotros, jóvenes: si sientes la llamada de Dios que te dice: “¡Sígueme!” (Mc 2,14; Lc 5,27), no la acalles. Sé generoso, responde como María ofreciendo a Dios el sí gozoso de tu persona y de tu vida.

Os doy mi testimonio: yo fui ordenado sacerdote cuando tenía 26 años. Desde entonces han pasado 56. Al volver la mirada atrás y recordar estos años de mi vida, os puedo asegurar que vale la pena dedicarse a la causa de Cristo y, por amor a Él, consagrarse al servicio del hombre. ¡Merece la pena dar la vida por el Evangelio y por los hermanos!

6. Al concluir mis palabras quiero invocar a María, la estrella luminosa que anuncia el despuntar del Sol que nace de lo Alto, Jesucristo:


¡Dios te salve, María, llena de gracia!

Esta noche te pido por los jóvenes de España,
jóvenes llenos de sueños y esperanzas.
Ellos son los centinelas del mañana,
el pueblo de las bienaventuranzas;
son la esperanza viva de la Iglesia y del Papa.

Santa María, Madre de los jóvenes,
intercede para que sean testigos de Cristo Resucitado,
apóstoles humildes y valientes del tercer milenio,
heraldos generosos del Evangelio.

Santa María, Virgen Inmaculada,
reza con nosotros,
reza por nosotros. Amén.


TELEGRAMAS DEL PAPA JUAN PABLO II

Al Señor Cardenal-Arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española

Al regreso de mi quinta Visita Pastoral a España, agradezco profundamente a usted, a los demás hermanos en el Episcopado, a los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles de toda la nación, las constantes muestras de afecto y cercanía que, de modo tan significativo, han manifestado durante mi visita, de la que conservo un recuerdo muy grato, que se convierte en plegaria por la continua fidelidad a las raíces católicas y progreso espiritual y humano basado en los valores sólidos del Evangelio de los amadísimos hijos e hijas de la noble nación española.

Mientras aliento a todos, pastores y fieles, a continuar siendo testigos de Jesucristo Resucitado en la sociedad les encomiendo a todos a la maternal protección de la Virgen Inmaculada para que las entrañables celebraciones de fe y amor que han tenido lugar en los dos días de mi permanencia en esas tierras produzcan abundantes frutos de vida cristiana, que contribuyan también a la edificación de la nueva Europa de los valores.

Con estos sentimiento les imparto, en señal de benevolencia y prenda de la constante asistencia divina, la bendición apostólica.

A S.M. el Rey de España

A su Majestad el Rey de España:

Al finalizar mi grata permanencia en la capital de España, me complace expresar mi vivo agradecimiento a vuestra Majestad y a la Reina, a las autoridades y a todo el pueblo español por la hospitalidad que me han dispensado así como por las sentidas y continuas muestras de afecto y cercanía con las que me han acompañado en cada momento.

Mientras les reitero mi aprecio, renuevo mis mejores votos por su progreso humano y cristiano, en conformidad con sus profundas raíces cristianas, así como por el bienestar espiritual y material de esa querida nación, a la vez que, por la mediación de la Virgen Inmaculada, pido para todos y cada uno de ellos la constante protección del Altísimo.


Ioannes Paulus PP. II



Audiencia General
del 7 de mayo del 2003
Queridos hermanos y hermanas:

Doy gracias a Dios que me ha permitido llevar a cabo el fin de semana pasado mi quinto Viaje Apostólico a España con el lema "Seréis mis testigos". He podido renovar mi estima a esa porción del Pueblo de Dios y apreciar su progreso social, invitando a fundamentarlo sobre los valores auténticos y permanentes que constituyen el rico patrimonio del Continente europeo.

En el encuentro con la juventud, comentando la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, he invitado a los jóvenes a convertirse en hombres y mujeres de profunda vida interior, como antídoto a los riesgos a que está expuesta la humanidad. Los he animado también a ser apóstoles de sus coetáneos, siendo protagonistas de la nueva evangelización. El domingo, al proclamar cinco nuevos Santos, testigos de la Resurrección del Señor, he exhortado a todos a ser fieles al Evangelio, manteniendo la identidad católica de España, para dar así una contribución válida a la construcción de la nueva Europa.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. En especial a los fieles de la Parroquia del Carmen, de Azúa (República Dominicana), así como a los emigrantes de Burdeos y a los Alumnos del Colegio de los Ángeles de Barcelona. Renovando a todos la invitación a ser testigos de Jesucristo Resucitado, reitero a la Iglesia y al pueblo español mi emocionado recuerdo en la oración y os bendigo de corazón.


Arriba

Testimonios e impresiones


Gracias, María, por tu muy hermoso, inspirado e interesante testimonio, se lo envío a estas dos amigas para que ellas también se beneficien con él... Definitivamente que fue un regalo muy especial para ti y los tuyos, que Dios y María te bendigan ricamente.
Imelda



Qué puedo decir de tan tremendo testimonio. Leyéndolo pasaron tantas cosas por mi mente, qué bendición para ti haber estado ahí en ese momento, precisamente donde el Santo Padre se encontraba. Cada línea me emocionaba más. Me puse totalmente en tu lugar mientras iba leyendo y sentí este corrientazo que me pasaba a medida que iba leyendo. No sé realmente qué hubiera hecho yo en esos momentos, ver al Santo Padre tan cerca.
 
Qué dichosos son ustedes los españoles, haber podido disfrutar de tan Santa visita. Todo lo que se refiere al Vicario de Cristo en la tierra, para mí, es de mucha emoción, él irradia una Santidad tal que es imposible no quererlo, yo tuve la dicha de seguir todo el programa por televisión, por EWTN, bendita tecnología. Y no pude evitar derramar algunas lágrimas, sentí muy de cerca, a pesar de que era por la televisión, que sus bendiciones a ustedes, llegaban a todo el mundo, y por lo tanto a nosotros.

Gracias por compartir con nosotros tan bella experiencia, la disfruté muchísimo. Dios te bendiga a ti y a tu querida y hermosa familia.
Teresita



Gracias queridos amigos, por las páginas tan bellas acerca de la visita a España del Santo Padre, me he recreado mirándolas y leyéndolas.
 
Betty


Gracias Santo Padre, por tu mediación se evitó derramamiento de sangre entre Chile y Argentina, por el diferendo del Canal de Beagle en 1978, y tus posteriores intervenciones condujeron a la sensatez y contribuyeron a la Paz Social. Cuánto te necesitamos hoy Santo Padre!!!! Que tu alma nos bendiga y proteja!!!!

Marcelo Miguel Giletta.-mgmmgm@arnet.com.ar


Me ha parecido, bella la página dedicada al Santo Padre Juan Pablo II, el testimonio de María me emocionó muchísimo, todavía miro las fotos de él y siento una gran tristeza en mi corazón.
 
Es indudable que fué no sólo un gran pastor para nuestra Iglesia, sino para el mundo entero. Un verdadero seguidor de Cristo y de su doctrina. Con su ejemplo cambio muchas vidas y lo sigue haciendo desde el cielo.
 
Que Dios los bendiga.
Atentamente,
Lucia Vergara de Capote
Madison, Wisconsin, U.S.A.


Querida María y Familia:

Leyendo tu testimonio cuando estuviste con esa gran multitud de españoles jóvenes (y no tan jóvenes también) te imagino con todos tus niños y con el cansancio que se convirtió luego en alegría al poder ver y estar con nuestro Santo Papa Juan Pablo II.  Todavía consternada por tan triste pérdida y pidiéndole a Dios que nos envíe a otro Gran Papa, que guíe a su grey tal como lo hizo SS. Juan Pablo II.
 
Un abrazo cariñoso.
 
Mildred María Salas e hijos desde Costa Rica


Más amplia información en la página oficial de la Archidiócesis de Madrid
Seréis mis testigos

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El adiós en imágenes

Viernes Santo 2005

El último miércoles

Testamento de Juan Pablo II

Santo Padre Yacente

Muere el Santo Padre Juan Pablo II

Santo Padre Bendecido por el Cardenal español Camarlengo

Elmundo entero Ora Por Juan Pablo II

El Santo Padre en el féretro

Mortaja del Santo Padre

Misa multitudinaria de despedida

El Evangelio sobre su féretro

El Evangelio abierto sobre su féretro

El soplo del Espíritu Santo Pasa las hojas del Evangelio

"La Palabra de Dios te cubrirá"

Bendición del féretro

El soplo del Espíritu Santo

El Espíritu Santo está presente

El Espíritu Santo sopla con fuerza

Misa de Funeral

Se llevan al Santo Padre a la sepultura

Lo llevan a hombros como a los grandes

Quiso ser sepultado en tierra

Enterramiento del Santo Padre

Entierro Juan Pablo II

Sepultura del Santo Padre

Los Cardenales honran a Juan Pablo II

Lapida de Juan Pablo II el Grande


ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES POR INTERCESIÓN
DEL SIERVO DE DIOS EL PAPA JUAN PABLO II
 
 
Oh Trinidad Santa,
Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia
al Papa Juan Pablo II
y porque en él has reflejado la ternura de tu Paternidad,
la gloria de la Cruz de Cristo
y el esplendor del Espíritu de Amor.
Él, confiando totalmente en tu infinita Misericordia
y en la maternal intercesión de María,
nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor,
indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria,
como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo.
Concédenos, por su intercesión, y si es tu Voluntad,
el favor que imploramos,
con la esperanza de que sea pronto incluido
en el número de tus santos.
Amén.

Con aprobación eclesiástica

CARD. CAMILLO RUINI
Vicario General de Su Santidad
para la Diócesis de Roma


Peticiones de favores a Juan Pablo II
Y condolencias

TE QUEREMOS KAROL, NUESTRO AMADO PASTOR, JUAN PABLO II. 
POR FAVOR, CUIDANOS DESDE EL CIELO Y REZA E INTERCEDE POR NOSOTROS, POR NUESTRAS INTENCIONES Y NECESIDADES.
SÉ QUE PRONTO PERTENECERÁS A LOS ALTARES, PORQUE VIVISTE Y MORISTE EN SANTIDAD.
 
TE RUEGO PIDAS A DIOS TODOPODEROSO QUE ME CONCEDA MUY PRONTO UN BUEN TRABAJO, QUE ME ES URGENTE PARA PODER SOSTENER A MI FAMILIA Y MUCHA SALUD PARA CUMPLIR CON ÉL.
 
TE LLEVO EN MI CORAZÓN.
 
VICTORIA ZEPEDA CARRANZA.
MÉXICO, D.F.



Querido J. Paulo, a Virgem Santíssima vos escolheu para ser o nosso Papa. Foi o que a Rainha da Paz  falou em Medugorge. Eu vos peço, intercedei junto à Maria para que o Brasil e o mundo seja protegido da violência dos corações daqueles que ainda não conheceram Jesus, para os quais também imploro as graças de Maria. Também para nossos homens públicos para que se libertem da corrupção e pensem realmente no povo que tanto sofre. Amem.



Querido J Paulo gracias por todo el amor que nos brindaste... Ruega por nosotros e intercede para que vivamos en paz en este mundo. Te pido en especial por mi hermano... Cuídalo y protégelo.
Verónica García

MI QUERIDO JUAN PABLO TE RUEGO QUE PIDAS A DIOS TODOPODEROSO QUE ME CONCEDAS LO ANTES POSIBLE POR MI HIJA CINDY H. G. POR SUS PROBLEMAS, Y POR LA SALUD DE MIS HIJOS Y POR NOSOTROS COMO PADRES DE FAMILIA. SIEMPRE ESTARÁS EN NUESTROS CORAZONES.
DINA GUTIERREZ
PERÚ - TACNA

Querido Juan Pablo II, estás al lado del Señor y tu mejor que nadie, sabes como en están los niños, los adolescentes y los jóvenes hoy en día.

Te pido especialmente por los de mi pueblo, y muy especialmente por mi hermana la pequeña que tiene 20 años y se que busca la felicidad en cubos de basura (en el alcohol, en la moda, en salir los viernes y sábados por la noche, esto es lo que yo sé, quizás en las drogas, sexo, y tengo mucho miedo), con tu ayuda haz que busque la felicidad en el Señor, ella y al menos su pandilla de amigos.

Al mismo tiempo te pido por mi familia, especialmente por mi padre, por su corazón de piedra, para que pueda convertirse en uno de carne, o si no puede o no tiene que ser así, te pido que nos des fuerza, a mi madre sobre todo, y a mis hermanas para llevar la cruz de cada día y sobre todo ofrecértela a TI SEÑOR.

Querido Papa, acuérdate de mí, y ayúdame, a estar más cerca del Señor.

MARIU

Querido J. Paulo gracias por todo el amor que nos brindaste... Ruega por nosotros e intercede para que vivamos en paz en este mundo. Te pido en especial por mi hermano... Cuídalo y protégelo.
Verónica


Queridos hermanos, Dios les bendiga a cada uno y a sus familiares, hoy festividad del Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Quería manifestarles que Michelle está en el hospital muy delicadita, se encuentra en cuidados intensivos, ya que hace dos días le dio un derrame cerebral. Lastimosamente no ha podido hablar, mi esposo y yo recibimos la llamada de su esposo el día 25 alrededor de las 7:00 PM ya que Peter la llevaría al hospital y nos avisó para encontrarnos allí. Debido a la seriedad del caso fue transportada a otro hospital donde tienen los equipos adecuados para lo que le dio a Michelle. Por medio de este mensaje,los invito que nos unamos en perpetua cadena de oracion para la salud de Michelle. Ahora que ella esta en cuidados intensivos pidamosle a Jesus Sacramentado y misericordioso que nuestra Michelle salga del peligro de los cuidados intensivos, que la Sangre de Jesus, Salvador nuestro y amor de los amores, sea quien la ayude, defienda y proteja ahora que Michelle tanto lo necesita!!! Que nuestra oracion sea tan fuerte y se sienta el Espiritu de Dios entre nosotros ofreciendo una oracion por Michelle desde donde estemos!!!!
 
Mil gracias para todos, y Dios los bendiga infinitamente!!! AMÉN!!!
Juan pablo II, "El Grande", intercede por Michelle!!!!
Maribel

A MI SANTO PADRE JUAN PABLO II LE AGRADEZCO POR HABER SIDO "MI PAPA". DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MI ALMA, JAMÁS SENTÍ "ATRACCIÓN" POR UN PAPA, SIN EMBRAGO ÉL TOCÓ MI CORAZÓN JUNTO CON LAS MANOS DE NUESTRA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA.

QUÉDATE CON NOSOTROS JUAN PABLO II, E INTERCEDE POR "TODAS LAS MISERIAS HUMANAS DEL MUNDO", JUNTO A MARÍA Y JOSÉ ANTE EL TRONO DEL ALTÍSIMO, AMÉN. HUMILDEMENTE GRACIAS, PADRE!!!.

EXCELENTE EL ESPACIO QUE NOS BRINDAN PARA EXPRESAR NUESTROS SENTIMIENTOS PÓSTUMOS A NUESTRO QUERIDO JUAN PABLO II. QUE ÉL DESDE EL CIELO LOS BENDIGA.
 
VENERA TROVATO


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