Presentación

Padre GuillermoBUENA DICHA quiere ser una cuartilla semanal de reflexión. La "Buena Dicha" es una Iglesia que está en la calle Silva 25, cerca de la Gran Vía de Madrid. Mi familia vivía a 100 m. Mi mamá, muy humilde, iba cada mañana, como a escondidas, a la primera Misa. Iba a saludar a la Virgen de los presos: "La Buena Dicha". Como la Virgen, mamá Carmen "guardaba muchas cosas en su corazón". Algunos hijos la seguimos. Después de muchos años hemos comprobado que los hijos imitábamos a nuestra madre. Yo fui llamado a los pies de esa Virgen, María Santísima de la Buena Dicha. Un hermano me decía: "¿Qué no sabe Ella de mis tormentosos y apasionados años?". Desde siempre ha sido nuestro refugio y fortaleza.

La Buena Dicha va a guiar estos DICHOS. Queremos que sean buenos para todos los que deseen dedicar unos minutos al discernimiento y la reflexión. Estos dichos han sido, son vivencias. Son oración. Deben invitar a orar. Los escribo primero para mí. Para no olvidarme de la sabiduría divina y popular; sabiduría que ha pasado por la puerta de mi casa. Recordar esta "Buena Dicha" es como acercarnos a beber en el manantial inagotable del amor de Dios. Que sea el ESPÍRITU el que nos haga vivir estas ideas.

Siempre habrá alguna pregunta. Me las hago yo; te las brindo a ti. Las hemos reflexionado en grupo, se pueden utilizar en la vida familiar. Algunas ideas se repetirán. Queremos que se repitan, porque nos parecen importantes. Al escribirlas pensamos en los que no tienen mucho tiempo. Van dirigidas a los cansados. Son palabras de esperanza.

Padre Guillermo Santomé
Dominico


AGRADECIMIENTO

El Padre Guillermo ha querido honrarnos colaborando en La Capilla De Oración Católica con sus originales reflexiones semanales. Se lo agradecemos lo indecible desde este Dominio Web. Él también atiende los "Ejercicios Espirituales en la Red", que muy especialmente les recomendamos, para edificar y ordenar el alma desde su propia casa, con una maravillosa atención personalizada.
Pueden acceder al enlace desde aquí.

Dios le bendiga, Padre, por muchos años.
Gracias, Señor, por darnos al Padre Guillermo, tan entrañable en persona como virtualmente.
 
María ZQ
La Capilla



1ª.- Ser parte de la solución
2ª.- Experiencia gozosa
3ª.- Gracias por enseñarnos a soñar
4ª.- Prontos a escuchar
5ª.- Ser los profesores que siempre quisimos tener
6ª.- El poder de las ideas
7ª.- La voz es una puerta del alma
8ª.- La arrogancia
9ª.- Pedir cuentas a Dios
10ª.- Si Dios y el cielo existen, están aquí y ahora
11ª.- Ser siempre testigo, cansa
12ª.- Tiempo de ocio
13ª.- Construir
14ª.- Cuenta conmigo
15ª.- Quizá tengas razón
16ª.- Pregúntale a tu corazón
17ª.- Alabar
18ª.- Pedir-llamar-buscar
19ª.- Fidelidad
20ª.- Bondad
21ª.- Relacionarnos
22ª.- La Libertad
23ª.- Armonía
24ª.- Aceptar que tenemos que cambiar
25ª.- De la felicidad
26ª.- Cinismo ético

27ª.- El gozo
28ª.- La Comunidad
29ª.- Hablar bonito
30ª.- Domesticar nuestros sentimientos
31ª.- ¿Qué mueve nuestra vida?
32ª.- Madurez
33ª.- Nivelar
34ª.- Orar y estudiar
35ª.- Obras son amores
36ª.- A los pobres siempre los tendréis con vosotros
37ª.- La imaginación
38ª.- El carnaval de la felicidad
39ª.- Estar
40ª.- Soportar lo insoportable
41ª.- Guarda la Palabra
42ª.- Sobre la verdad
43ª.- ¿Qué sembramos?
44ª.- Lo habitual, sufrir
45ª.- El "deber ser". Lo correcto
46ª.- La conciencia
47ª.- El Otro
48ª.- Vidas rotasNueva Reflexión!!!
49ª.- Dinámica del poderNueva Reflexión!!!
50ª.- La basuraNueva Reflexión!!!


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Primera Reflexión
(10/4/2004)
SER PARTE DE LA SOLUCIÓN

Ser parte de la solución.
No ser parte del problema,
y menos, no ser nunca el problema.

Es una idea que debe recorrer todas estas reflexiones. Para ello sólo necesitamos la Gracia de Dios, la intercesión de nuestra Madre y DISCERNIR.
Tengo que discernir yo individualmente. Algunos aconsejan hacerlo antes de cada acto, cada día.
Más importante: discernir en grupo, en familia, en equipo. Cuatro ojos ven mas que dos.
Todo esto lo puedo descubrir yo mismo. También me pueden ayudar los demás.

Discernir en grupo es abrirse a la oportunidad de la corrección fraterna. Y ahí tengo que descubrir si yo soy el problema. Suele ocurrir con frecuencia. En una familia, en un grupo, en una comunidad a veces, una persona es el problema, es el obstáculo insalvable. "Muerto el perro se acabó la rabia". Removida la persona, se acabó el problema.

Lo ideal es que yo me de cuenta y deje de ser problema. Es bueno hacerlo voluntariamente, que salga de dentro, de mi convencimiento: no querer hacer sufrir a nadie, no ser problema para nadie.
Me puedo preguntar ¿colaboro para no ser problema, para ser persona positiva que allana los caminos? ¡Que bueno sería!

P. Guillermo Santomé
Dominico
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Segunda Reflexión
(17/4/2004)
EXPERIENCIA GOZOSA

"Al principio de mi sacerdocio yo iba DELANTE  de vosotros.
Ahora marcho a VUESTRO LADO.
Pronto, caminaré DETRÁS."

Es una experiencia que viven todos los padres.
La viven los educadores y todas las realidades de este mundo.

"Conviene que Él crezca y que yo disminuya".

Siempre pienso en lo bueno que es un "yo" fortalecido, un yo libre, pero en función de un TÚ. Que crezcas tú y que disminuya yo.

Vale para los padres: ¡Qué alegría ver crecer a los hijos! sobre todo cuando es en sabiduría y bondad.

Vale para los profesores y educadores: el gozo de ver alumnos que han superado con mucho lo que recibieron de nosotros.

Vale para todos los que mandan, para los que tienen poder: el poder está para ayudar a crecer a las personas.

Claro, esta verdad es evidente en la naturaleza: hay tiempo de crecer, hay tiempo de menguar.

Si lo vivimos como un gran DON de Dios, al menguar CRECEMOS; al menguar podemos estar en plenitud.

Es un clima que tengo que vivir en mi interior.

Por eso me puedo preguntar: ¿Ayudo a crecer a los que me rodean? ¿soy instrumento que permite a los demás madurar?
    
                  P. Guillermo Santomé
 Dominico
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Tercera Reflexión
(24/4/2004)
"GRACIAS POR ENSEÑARNOS A SOÑAR"

Me lo dijo un alumno al terminar una clase: "Gracias, Padre, por enseñarnos a soñar".

Es una de las cosas más bonitas que he oído. Fue gratificante enseñar a soñar. Eso quieren ser estas páginas de cada semana.

Orar es soñar y hacer realidad ese sueño.

Soñar con los pies en la tierra. Pisando fuerte, fijándome en los ojos de los niños, en el hambre de los pobres, en la angustia de tantos deprimidos. Soñar, sí, desde la realidad de la vida que me rodea; desde la tierra que piso. Soñar desde los hombres y mujeres que conviven conmigo.
  • Soñar es poner a Dios en mí.
  • Es poner la paz en mi alma.
  • Soñar en mejorar las relaciones con los demás.
  • Soñar en como distribuir mejor los bienes de la tierra.
  • Soñar en las obras de misericordia: las puedo hacer realidad en mí.
  • Para eso necesito la imaginación creadora; poner algo de ensueño en mi vida.
Gracias, Señor, por soñar que puedo seguir creciendo, haciendo el bien a los demás.

Gracias, Señor, porque puedo enseñar, animar a soñar y a estar despierto, por un mundo mejor, más humano. Donde TÚ seas el centro.

Gracias, Señor.
P. Guillermo Santomé
Dominico
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Cuarta Reflexión
(2/5/2004)
PRONTOS A ESCUCHAR

Una joven bella se acerca al Despacho Parroquial. Se sienta. No sé su nombre, ni se lo pregunto. Me cuenta muchos problemas, algunos graves. Llora. Cuando percibo que me ha contado su drama, le pregunto: ¿Qué puedo hacer por usted? Se levantó, me dio la mano diciendo: "Nada, Padre. Ya lo ha hecho: me ha escuchado", dándome las gracias, siguió su camino. ¡Qué lección! ESCUCHAR.

Cuántas personas necesitan ser escuchadas. No tienen con quién hablar.

Escuchar no es fácil. Supone:
  • Atención corporal
  • Mirar atentamente
  • "Parar" = estirar las orejas
Poner mi alma en la onda del otro
Y así conecto con la persona que me habla.

En las grandes ciudades ¡qué difícil! porque lo que predomina es el anonimato. En los pueblos pequeños, también problema: todos se conocen demasiado.

Lo que es cierto: cuando hay una persona que ESCUCHA acuden las personas como las moscas a la miel.

¿He procurado alguna vez hacer ejercicios de escucha? Primero hay que hacer silencio interior. Tengo que dejar mi mente en blanco. También silencio exterior: no hablar yo, dejar hablar. Así puedo escuchar.
  • ¿Escucho a mis familiares, a mis compañeros, a los que están cerca de mí?
  • ¿Escucho a la vida que me rodea?
  • ¿Escucho a  DIOS? porque Él también me habla.
  • ¿Percibo, escucho los signos de los tiempos?
  • ¿De qué habla la gente, qué quiere contar, de qué habla la vida?
Todos estamos capacitados para esta escucha. Que Dios nos ayude a vivirla.

P. Guillermo Santomé
Dominico
BuenaDicha.html


Quinta Reflexión
(9/5/2004)
SER LOS PROFESORES QUE SIEMPRE QUISIMOS TENER

"Nuestros alumnos nos dan la oportunidad de ser los profesores que siempre quisimos tener".

Tener profesores buenos: que nos quieran, que les entendamos lo que nos explican.

Se puede aplicar también esta idea a los papás y a los jefes, a los que mandan.
Hay que aplicarla a todo el que tiene personas bajo sus órdenes: los hijos, los subordinados.
Ellos nos dan la oportunidad de ser los padres o los jefes que quisimos tener.

¡Adaptarse! No son ellos los que tienen que adaptarse a nosotros, sino nosotros a ellos.
Hay un abismo entre la escuela y la vida; entre los padres y los hijos; entre lo que se enseña y la calle.
Es un reto que tenemos delante. Tenemos que acercarnos, encarnarnos en ellos: en los alumnos, en los hijos.

¿Cómo me acerco a los que están bajo mis órdenes? ¿Imponiendo o escuchando?
¿Busco puentes para unir los abismos que descubro en mi vida?

En mi habitación tengo un dibujo: son dos precipicios frente a frente. Un abismo los separa. A cada lado hay una persona. (Les separa el abismo), esas personas se quieren, un corazoncito lo indica.

¿Qué hacen? Ir tirando poco a poco piedras al abismo = cariño, a ver si un día se unen, a fuerza de amor; unir dos precipicios, quitar el abismo. Establecer un PUENTE. Un puente de los pequeños detalles.

Lo podemos hacer con Dios, con nuestras pequeñas cosas, sencillas oraciones; lo debemos hacer también con nuestros semejantes. No crear abismos de odio, de desamor, construir puentes. Qué bueno sería que todos hiciéramos algo!
 
P. Guillermo Santomé
Dominico
BuenaDicha.html


Sexta Reflexión
(16/5/2004)
EL PODER DE LAS IDEAS

"Se puede resistir la invasión de un ejercito -escribió Víctor Hugo-
pero no la invasión de una idea"

La fuerza de una idea, tanto para el bien como para el mal:

En un ambiente muy pobre del Tercer Mundo, la mitad de las palabras de un niño de dos años son palabras malsonantes, palabras negativas. Son las palabras que reciben y las ideas que asimilan de sus papás, en el seno de sus familias.

Hay borrachos que no hablan más que de excrementos, de basura. Da la impresión que lo único que tienen en el alma es una cloaca.

Lo estamos viendo en la TV, en la vida diaria.

Los psicólogos y psiquiatras saben que es así: muchas almas están llenas de basura.

Tener ideas nobles, cultivar ideas positivas: Ideas generadoras de bien y de bondad, ideas que construyan, que unan, ¿qué ideas mueven mi vida?

Sería bueno hacer una relación de ideas positivas y negativas; lo que está más frecuente en mi vida:  ¿Estoy en disposición de analizar mis ideas?

¿Analizarlas con alguna persona? ¡Qué bueno sería!Las ideas buenas nos acercan a Dios y a los hermanos.

P. Guillermo Santomé
Dominico
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Séptima Reflexión (23/5/2004)
LA VOZ ES UNA PUERTA DEL ALMA

"La voz es una puerta del alma, no sólo de la garganta".

Me gusta hablar de las palabras LLENAS y de las palabras vacías. De las palabras que tienen vida y de las palabras muertas. Las Palabras del Evangelio son palabras llenas de VIDA. Son vida.

El alma, la vida, se expresa en la palabra, con la palabra. Pero mi alma es un mundo. En ella contemplo zonas claramente definidas. Lo ha estudiado muy bien Johari en su famosa Ventana.

Mis palabras ¿son reflejo, expresión de mi alma?
¿Son palabras vivas? Deberían ser semillas de bien. Y mejor aún: palabras del manantial de la sabiduría divina. Es posible. Dios nos ha dado sus Dones, los Dones del Espíritu Santo.
¿Dónde esta mi tesoro?..."Ahí esta mi corazón".
P. Guillermo Santomé
Dominico
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Octava Reflexión
(5/6/2004)
LA ARROGANCIA
En castellano es sinónimo de altanería.

Es bueno leer a Isaías 2, 11-17
"El orgullo del hombre será doblegado"

El orgullo de los grandes, de los sabios, de los mediocres, de los humildes, del hombre religioso que cree conocer a Dios, de la criatura mortal que se ha reído de Dios, que se ha mofado de Él. Será doblegado.

Pensemos en la mofas de tantas personas, mofas en la literatura, en el teatro, en el cine, en la TV. Las mofas de los chistes.

El orgullo es una locura, es un insulto al Dios Santo. Orgullo del hombre, orgullo de las clases sociales: yates, fincas, ropas, banquetes; mujeres-hombres. Todo será doblegado. ¡Todo será doblegado!

Lo malo es que no tengo siempre conciencia de ello, y el orgullo se me mete por los poros y me sale por los poros del cuerpo: orgullo de la persona, de la raza; orgullo de los pueblos, de los partidos políticos, de los equipos deportivos, de la misma religión.

Cuando estoy en presencia de los crucificados, de los moribundos, de ¡tantos moribundos! siento un ramalazo en todo mi ser: ésta es la condición humana.

Hay que vivir con humildad, preparándose a bien morir, para vivir con Dios.

¿En qué momento emerge mi orgullo?

Es importante que lo sepa, porque ahí está mi altanería. Y es lo que va a ser doblegado.

¿Con qué personas emerge mi orgullo?

Será doblegado.
P. Guillermo Santomé
Dominico
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Novena Reflexión
(11/6/2004)
PEDIR CUENTAS A DIOS

"¡Ay del que pleitea con su Artífice!
¡Loza contra el Alfarero!
¿Acaso dice la arcilla al alfarero:
¿Qué estás haciendo?" (Is. 45,10.)


Me acaban de decir: "La abuelita no se quiere morir" ¡Cuánto esta sufriendo! Nadie se quiere morir. Nadie quiere sufrir, a no ser los santos, que han comprendido que el dolor es gloria: "Por la Cruz a la Luz". Pero no todos lo comprendemos.

Y pienso en esta idea de Isaías, tan real, tan verdadera: ¿Cuándo la arcilla puede pedir cuentas al alfarero? Nunca, nunca. Yo no puedo pedir cuentas a Dios. Él me ha formado y siervo suyo soy. A Él se lo debo todo.

Pero, "¡qué malo es Dios, Padrecito!". No, los malos somos nosotros. Soy yo, que no reconozco a mi Creador, que no reconozco las manos que me formaron, que he sido hecho para ser alabanza de su gloria.

¡Cómo tienen que sufrir los que no creen en Dios! Porque los hechos de la vida, de la naturaleza son testarudos: nacemos, vivimos y morimos. Yo creo que todo ésto sucede porque somos guiados por la mano de Dios, por ese Alfarero Divino que quiere mi bien y el de todo el universo.

¿Vivo esta verdad en las cosas pequeñas de cada día?

Hoy nos hablan mucho de "laicismo", es decir, aparcar a Dios de la vida pública. Pues bien, te pedirá cuentas tu Padre, tu Hacedor.

P. Guillermo Santomé
Dominico
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Décima Reflexión
(19/6/2004)

"Si Dios y el cielo existen, están aquí y ahora.
Si no somos capaces de percibirlo ahora y aquí,
tampoco podremos percibirlo después".


La idea la he leído en Antonio Gala. De esta idea nos habló con claridad Jesús: "El Reino de Dios está dentro de vosotros". Está más presente que nosotros mismos. "El que dé un vaso de agua a un sediento, me la da a Mí".

Al explicar la Metafísica, la analogía del ser, la participación del ser en las criaturas, Santo Tomás concluye que la participación de la bondad, de la verdad, de la belleza del Creador, está en mí, está en las criaturas.

Cuando más las vivo y las doy (: hacer participar) más crezco yo y crece la bondad en el mundo.

Dios está en mí y de una manera íntima. Está por la gracia: comunicación de su vida divina; la vida Trinitaria de Dios: "Si alguno me ama, vendremos a él y haremos en él nuestra morada".

Si no vivimos, si no amamos aquí y ahora, difícilmente lo haremos allá. Ésto de ahora es prenda de la vida futura, vestigio de la vida eterna.

Y luego los hermanos: si no me ejercito en la caridad aquí, si no veo esa presencia de Dios en el hombre, en el mundo, en cada criatura, ¡qué difícil va a ser verlo en el más allá!

¿Tengo algún momento para entrar dentro de mí y adorar al Creador?

¿Intento hacer el cielo en la tierra: vivir el amor aquí, especialmente con los que están más cerca de mí?
P. Guillermo Santomé
Dominico
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Décimo primera Reflexión
(26/6/2004)
SER SIEMPRE TESTIGO CANSA
 
Ser testigo es meterse en la vida hasta los dientes. Es complicarse la vida. Estar siempre en la frontera, es disponibilidad para el que lo necesita. Ser testigo es dar la CARA, ponerse en el riesgo.

Si somos testigos de Cristo, nos ha anunciado que seguiremos el mismo camino del Maestro: "Si a Mí me han perseguido, a vosotros os perseguirán". "Si a Mí me han crucificado, a vosotros os crucificarán". No puede haber mas claridad en las palabras de Jesús. Y están dichas para mí. Pero ¡cómo cuesta! ¡Cansa!

¿Tienes alguna experiencia? Cuando sientes la llamada a ser testigo: tener transparencia, decir la verdad, confesar a Jesús, luchar
por la justicia, defender al pobre y al oprimido...

Cuando te buscan, te llaman: de día, de noche, a cualquier hora. No hay domingo ni festivo. Cuando te sientes a la intemperie, a
veces solo entre el cielo y la tierra.

Señor, yo he sentido ese cansancio, esa flojera, a veces cobardía. Pero también hemos sentido tu GRACIA, tu fuerza, que obra maravillas.

¿Qué hago cuando me siento cansado? A veces es un cansancio colectivo: de una familia, de una comunidad, de un pueblo.

¡Cuánta fe y fortaleza hacen falta para vencer nuestro cansancio!

P. Guillermo Santomé
Dominico
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Décimo segunda Reflexión
(3/7/2004)
TIEMPO DE OCIO
   
Hacer de la vida ocio, libertad.
No hacer de mi vida NEG-OCIO.
    
Doy gracias a Dios por lo que he tenido que trabajar en mi vida; como muchos de vosotros y vosotras:


Ordenado sacerdote: trabajo y más trabajo. Durante mucho tiempo no hemos sabido lo que era el ocio. Todavía hoy mi mayor sueño es pasear, pasear...

Cuando peino canas, en algunas clases hemos hablado del ocio. Como un sueño, como una ilusión, algo que algún día llegará.

Conmigo han compartido estas ideas otras personas comprometidas hasta la coronilla en la actividad y servicio al Evangelio. Como tantos de vosotros. Y hemos descubierto que la palabra ocio es la contraria a "negocio".

Negocio = no ocio.

El que está dedicado a los negocios no tiene ocio.

Cuanta gente no tiene un momento de sosiego por amontonar dinero, poder, por hacer negocios.

Nosotros no era por dinero, pero ¡cuántas veces nos ha podido la actividad!

¡Qué bueno que dediquemos algo de tiempo al ocio! Y en el ocio: el reposo y la oración.

Que nos enriquezca el tiempo libre: "Se retiraba solo a hacer oración", así era Jesús.

P. Guillermo Santomé
Dominico
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Décimo tercera Reflexión
(10/7/2004)
CONSTRUIR

"Sólo queda destruido aquello que es inmediatamente reemplazado"

¡Qué importante para la vida, Señor! Tenemos que educarnos y prepararnos para esta idea.

No puedo vencer una mala inclinación si no instalo en mi vida, en ese mismo instante, una inclinación buena. No venzo al vicio si no es con una virtud.
  • Los pensamientos malos tienen que ser sustituidos por pensamientos buenos.
  • Los deseos malos, negativos, tienen que voltearse en buenos deseos; deseos positivos.
Sólo hace falta la ayuda de Dios, QUE NO FALTA, y QUERER.

Dios me ha dado el Don inestimable de la libertad. La libertad si se inclina al mal, ahí queda fijada.

Me determino yo en cada instante. Me determino a la luz o a las tinieblas.

En el orden humano individual; en el orden colectivo o institucional el mal siempre tiene que ser sustituido por el bien. Y hay que hacerlo en el acto. De otro modo seguirá el mal.

P. Guillermo Santomé
Dominico
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Décimo cuarta Reflexión
(17/7/2004)
"CUENTA CONMIGO"
 
Era la idea que durante el tiempo de noviciado -tiempo de prueba- más nos han repetido. Es la idea, las palabras que más hemos escuchado: que cuenten conmigo = SERVIR. A eso hemos venido, para eso estamos aquí. Que nuestros superiores sepan que pueden contar con nosotros.

Que nuestros vecinos, los que nos rodean, sepan que estamos para servirles. Que los más pobres, los tullidos, los marginados cuenten con nosotros.

Es una actitud. No son palabras bonitas. Es dar acceso, acogida al que se acerca a mí. No es cuestión de ir repitiendo por las calles o en la prensa "contar conmigo". Es que tú y yo debemos estar donde nos necesiten. Es disponibilidad. Estar en la onda.

Me parece que ésto requiere sólo una cosa: que me olvide de mí y emerjan delante de mí las necesidades de los demás. Tengo experiencia de personas con esta actitud y práctica. Están siempre donde las necesitan: para lo positivo y lo negativo. Para compartir penas y alegrías. No puedo olvidar aquí a un entrañable amigo que tenía una antena especial para saber dónde había cada día una familia con difunto: y allí estaba él orando y consolando.

Es un imperativo del Evangelio: es lo que tenemos que hacer: servir. "Somos siervos inútiles".
  • ¿De verdad los demás pueden contar conmigo?
  • ¿Voy a regañadientes?
  • ¿Los que me rodean descubren esta actitud en mí?
Debería ser el clima en mi familia, en mi trabajo, en mi comunidad. Ojalá fuera el clima del mundo: el servicio a los demás globalizado.

P. Guillermo Santomé
Dominico
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Décimo quinta Reflexió
n (24/7/2004)
"QUIZÁ TENGAS RAZÓN"
  
Pienso, Señor, que hay muy pocas cosas definitivas, intangibles.

Un profesor de teología, en clase, nos decía: "Lo importante es creer en Dios Padre".

Nos podemos equivocar en tantas cosas... Nos equivocamos tantas veces. La verdad ¿quién la tiene totalmente? Sólo Dios. Por eso, delante de un hermano, ante la opinión del otro, qué bien la actitud: "Quizá tengas razón".

Yo creo en la verdad objetiva.

Hay verdades que están ahí, dando testimonio de que son grandes, pequeñas, blancas o negras; no dudo de la existencia del ser. Pero también creo en la verdad subjetiva, en la apreciación de cada uno, el punto de vista personal. "Todo depende del cristal con que se mira". Por eso: "quizá tengas razón".

Cada vez me gusta menos discutir. Buscar lo que nos une, no lo que separa. Hay en las Constituciones de los Dominicos una palabra clave: "unanimiter". Buscar lo que nos une, buscar el consenso; darnos la mano todo lo que podamos, sin destruir al otro y borrarle por su verdad.

¿Me separan las personas o las ideas?

¡Cuántas personas tengo enterradas en mi cementerio particular! Me decía una cubanita: "Yo tengo mi cementerio particular. Al que entierro, no resucita más". Y cuando la veo la pregunto: crece o mengua tu cementerio particular?. "Mengua, Padre". Vale. Que mengue el distanciamiento con el otro, porque "puede que tengas razón".
P. Guillermo Santomé
Dominico
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Décimo sexta Reflexión (
31/7/2004)
PREGÚNTALE A TU CORAZÓN

Aprender a escuchar. Ver y OÍR mucho, para CRECER.

Acabo de tener una conferencia telefónica: Gabi está en el corazón de Madrid; yo estoy en el corazón de la selva. Acabo de venir del río, del inmenso río. Hemos tenido confesiones, bautizos, comuniones, alegría, alegría, en medio de la pobreza extrema. La voz que viene de allá, del otro lado del Atlántico, sale del corazón: "Cuídate, Guille, pasa unas buenas Navidades". El milagro del teléfono me hace sentir la calidad del corazón humano. En medio de barro de aquí, de allá, hay corazones llenos de vida, de cariño. Sin ningún interés, sin ninguna codicia, sólo el amor que brota limpio del corazón humano.

He escuchado esta mañana a estas gentes, a la voz que me llega de lejos, y me digo: "Así tiene que ser mi corazón: limpio como las aguas que brotan del manantial." Lo que mata no es lo de afuera, sino lo que "sale del corazón": de ahí salen las riñas, los adulterios, la codicia, la soberbia.

Tengo la certeza de haber estado cerca de corazones limpios, nobles, grandes. Mi gran trabajo es la limpieza de los bajos fondos, como cuando estaba en el astillero con los barcos. Limpiar los bajos fondos de mi corazón para que esté transparente.

¿Qué es lo que ensombrece mi corazón? ¿Qué es lo que mi corazón niega a los demás?
P. Guillermo Santomé
Dominico
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Décimo séptima Reflexión
(7/8/2004)
ALABAR

Alaba en voz alta, critica en voz baja.

¡Qué difícil ser equilibrado en estas dos palabras: alabar y criticar!
Alabar sin caer en la adulación, sin pasarnos.

Qué noble es reconocer las cosas nuevas, admirar la belleza, la verdad!
Entre nosotros debería ser normal alegrarnos, alabar, bendecir cada día lo positivo que encontramos.

  • Alabar a Dios en nuestro corazón. Alabarlo en voz baja, en silencio.
  • Alabar todo lo bueno de los míos, de los demás. El canto de San Francisco a la naturaleza es un ejemplo de sana espiritualidad.
  • Y criticar en voz baja. Lo menos posible.

Es bueno que yo me evalúe, me critique. Hacer examen de conciencia. Evaluar también mi contorno, todo lo que me rodea. El mundo.

Discernir los signos de los tiempos:
ver, observar lo negativo, para vencer al mal con el bien.

Debo ser tardo, lento, para criticar, para juzgar.
No olvidar que el primer paso tenía que ser siempre la corrección fraterna. Buscar el momento oportuno, el "kairós", para acercarme al hermano y decirle una palabra, respetando siempre su libertad.

¿Cómo realizo la alabanza y la critica?
¿Vivo más en positivo que en negativo?
En la familia, en la comunidad, en nuestros grupos promover la alabanza. ¡Qué bueno sería!
P. Guillermo Santomé
Dominico
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Decimoctava Reflexión (
14/8/2004)
PEDIR-LLAMAR-BUSCAR

Se consigue: gimiendo, llorando.

"El que sabe dar cosas buenas a sus hijos" nos manda:
  • pedir
  • buscar
  • llamar
Recibiremos TANTO MÁS CUANTO MÁS creamos, esperemos, amemos.

Este asunto se resuelve:
  • más con gemidos que con discursos
  • más con llanto que con palabras.
He asistido a un curso de reciclaje, de formación permanente. El reverendo que nos entrega la separata dice que la oración de petición no tiene sentido. Dios sabe lo que necesitamos. He pensado en Jesús, el Hijo de Dios. Cuando los discípulos de Jesús le insisten que les enseñase a orar, recitó el Padre Nuestro. Lo único que tenemos desde nuestra INDIGENCIA es la posibilidad de pedir.

Santa Catalina de Siena escucha del Señor: "Yo Soy El Que Soy y tú la que no-eres". Es verdad. Yo soy el que "no soy"; soy ser por participación, limitado, menesteroso, dependiendo en cada instante de El Que ES, del que todo lo puede: "en Ti nos movemos, existimos y somos". Me das el aire que respiro en este momento.

Pedir con llantos y gemidos. No todos podemos hacerlo así. ¡Ojalá tuviéramos esa confianza! Postrados ante Él, que todo lo puede; postrados desde nuestras pequeñeces, desde nuestra nada: acercarnos al trono de la Misericordia.

¿Pedir-llamar-buscar es algo normal en mi vida?
¿Cómo ando de autosuficiencia ante Dios y ante los hombres?
El peligro de la arrogancia está latente en mí.
P. Guillermo Santomé
Dominico
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Decimonona Reflexión (21/8/2004)
FIDELIDAD

Fidelidad en el creer.
Firmeza en la esperanza.
Entusiasmo en el deseo.

No es fácil, Señor, pero es el único camino. La fe requiere, desde el lado humano, una TENSIÓN constante:
           -  tensión cada día,
            - tensión en cada acto que realizamos.

¡Claro que la fe es un don de Dios ! Él es el que nos da la fuerza para creer; pero la fidelidad me corresponde a mí. Y esta fidelidad son pasos que tengo que ir dando en cada momento. Así se llega a lo que llamamos vida de fe.

Tiene dos cualidades:
  • FIRMEZA: los hábitos se van enraizando en la persona, cada vez más fuertes y profundos. La humildad a medida que crece profundiza en toda la psicología de la persona y nos hace ver nuestra fragilidad, nuestra nada, y eso es firmeza, fortaleza: la roca es Cristo.
  • ENTUSIASMO: "Desbordo de gozo en mi Señor". La alegría y el entusiasmo es una consecuencia de ese manantial de agua viva que hay en mí.

Para un cristiano debería ser una exigencia constante: de la contemplación brota el entusiasmo, el deseo de hacer el bien:
        - la luz quiere alumbrar
        - la sal quiere sazonar
        - el hombre o mujer de Dios quiere comunicar la bondad de Dios.

La fidelidad se nota en los actos pequeños, en lo cotidiano.
¿Lo vivo yo así?
¿Cómo es mi fidelidad, mi entusiasmo con Dios, con los hermanos, conmigo mismo?

P. Guillermo Santomé
Dominico
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Vigésima Reflexión
(28/8/2004)
BONDAD

  "Bondad más que sacrificios"
  • Es un Don de Dios.
  • Es también tarea.

  • Toda la Biblia está atravesada por esta idea: ser bondadosos, participar de la bondad de Dios. "Ha aparecido la bondad de Dios" decimos al celebrar el Nacimiento de Jesús. La bondad acompaña a todo ser. Todos tenemos algo bueno. La tarea es que el bien venza al mal, la luz a las tinieblas. ¿Cómo se consigue ésto? Hay dos palabras que deben estar presentes en nuestras vidas: DON Y TAREA:
     
  • Don de Dios: La bondad me la tiene que dar Dios. Viene de arriba. Podemos suplicar, gemir y llorar para que el Buen Dios nos enriquezca con sus bienes.
  • Y es tarea: A Dios rogando y con el mazo dando.

  • Confía en Dios como si todo dependiera de Él, y trabaja, esfuérzate como si todo dependiera de ti: ésta es nuestra tarea, ardua tarea. El labrador tiene que preparar el campo, tiene que esparcir la semilla, no puede hacer más: ni hacer llover, ni hacer salir el sol, ni hacer crecer. Pero ¡cuánto puede hacer! ¡cuánto podemos hacer para ser bondadosos.

    Hoy escuchaba yo una idea posible: que todos nos pongamos de acuerdo para ser un poquito más buenos. ¡¡¡El mundo sería más bueno!!!

    ¿Me contento con las obras, con los sacrificios o me interesa más la bondad?
    P.Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimo primera Reflexión (4/9/2004)
    RELACIONARNOS

    Una relación que nos enferma hay que curarla, o romperla.
     

  • Vale para el matrimonio
  • Para la vida de grupo
  • Para el trabajo
  • Para la vida religiosa
  •  

    Por la relación se sana o se enferma.  Si la relación es buena, hay salud, si la relación es mala, enfermedad. Si no hay relación falta lo más elemental de la comunicación humana y sobrenatural. Porque el hombre tiene que relacionarse también con Dios.

    Una relación enferma hay que curarla. No es fácil. Dos no regañan si uno no quiere. Pero para amigarse tienen que querer los dos.
     
    Siempre me acuerdo del bendito Juan XXIII: Yo tengo que dar los pasos que sean precisos para sanar una mala relación.
    Siempre tengo que acercarme al hermano separado. Siempre; aunque es heroico llamar a la puerta del enemigo.
     
    También es verdad que hay relaciones rotas, imposibles. En latín hay una expresión que nos indica sabiamente cómo hacer:
     
    "Fortiter in re
    suaviter in modo".


    Hacer lo que tengamos que hacer pero cuidar la forma, el modo cómo lo hacemos. Si hay que romper, ojalá sea de la forma más delicada y menos hiriente. Casi todos tenemos problemas de relación: la familia, el trabajo, la comunidad. Es una filigrana llevarse bien con todos. Hay que tejer y destejer cada día para que la relación sea humana e incluso gratificante.

    ¿Podría evaluar todas mis relaciones? ¿También las relaciones que debía tener y no tengo, las OMISIONES?


    P.Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimo segunda Reflexión
    (11/9/2004)
    LA LIBERTAD

    Mi libertad no es contra nadie
    Mi libertad debe ser promotora de libertad

    ¡Tantas veces lo hemos oído! "Mi libertad termina dónde empieza la libertad del otro".

    • Tengo libertad para hacer el bien, para elegir cosas buenas. Es la salud del alma, de la inteligencia humana.
    • Cuando hago el mal, que lo puedo hacer, introduzco en mi espíritu una célula cancerosa, meto las tinieblas en mí.

    Y si la libertad es el bien, la búsqueda del bien, no puede ser contra nadie. Mi libertad no puede dañar a nadie. Si es el bien, es algo que es apetecido por todos. Tu libertad y mi libertad deben ser causa de alegría y bienestar para los demás.

    ¡Qué panorama delante de mí! Ya sé qué vas a decir: "Eso es muy difícil, nadie hace las cosas siempre bien". De acuerdo. Pero es el camino que tenemos que andar, es nuestra tarea: ser libres y que mi libertad no dañe a nadie. En el momento en que mi libertad hiere a alguien, ya no es libertad, es atropello, es violencia.

    Pero no sólo debo buscar mi libertad, debo crear clima de libertad, para que se desarrolle la libertad de los demás: promotor de libertad. Sentirme feliz al descubrir la libertad de los otros, al ayudarle a que crezca su libertad.

    ¿Qué cosas o con qué personas no me siento libre?
    ¿Me entristece la libertad de los demás?
    ¿Perjudico la libertad de los otros?

    P.Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimo tercera Reflexión
    (18/9/2004)
    ARMONÍA

    ¿Podrás vivir, tener armonía y paz si constantemente haces cosas que en el fondo sabes que no están bien?

    Te voy a contar algunas cosas que yo pienso que no están bien, con ellas tengo que vivir todos los días:

    • La falta de comunicación entre nosotros
    • Vivir lejos de la gente
    • No hablar más que de dinero
    • Confrontación con otras religiones
    • No aprovechar los medios de comunicación para llevar la Buena Noticia
    • Servir al Ejército, al poder.
    • La presencia religiosa y las bendiciones en medios poderosos y en algunos casos corruptos
    • Servir a la hechicería de la gente: utilizando supersticiosamente procesiones o sacramentales como el agua bendita
    Cada uno puede hacer la lista de sus contradicciones, de las cosas que chocan contra tu vida, de lo que no concuerda con tus ideales, quizás con tu propia vocación.

    He hecho esta sencilla lista que me hace reflexionar. Estas cosas me quitan la paz. Siento que me separan de Dios y de los hombres.

    Este es un camino que tengo que recorrer. Porque es posible que estas cosas me hagan daño a mí, me quiten la paz; pero que a otras personas les guste, les haga bien, esté de acuerdo con sus creencias, con su manera de ser.

    Aquí es donde está la dificultad y este es el camino que tengo que recorrer, que tenemos que recorrer las personas para tener paz. Afirmar que somos distintos, respetarnos. Un paso más: comprendernos.

    Es posible vivir en paz, en armonía.

    ¿Qué es lo que rompe mi armonía?
    ¿Qué me quita la paz?
    ¿Qué es lo que me aparta de mis ideales?
    ¿A dónde voy? ¿Estoy acertado?

    P.Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimo cuarta Reflexión (25/9/2004)
    ACEPTAR QUE TENEMOS QUE CAMBIAR
     
    Necesariamente tenemos que cambiar:
    - por la edad
    - por las enfermedades
    - por nuevos roles: trabajos, circunstancias.

    Ya sé, Señor, que hay quienes afirman que nada cambia: "genio y figura hasta la sepultura". Pero la naturaleza se renueva. Nosotros somos naturaleza. Vamos cambiando en lo físico, psicológico, en lo espiritual. No tenemos la misma fuerza que cuando éramos jóvenes. No tenemos, tampoco, la misma intrepidez.

    En la vida buscamos, y los roles nos vienen sin querer, nuevos roles: ser jóvenes, adultos, ancianos. Presidir y dejar de presidir. Aprender y enseñar.

    Una de las mejores cosas que podemos hacer es dejar pasar a los que andan ligeros, más ligeros que nosotros. Que ellos vayan creciendo, y yo sepa disminuir y desaparecer.
    "El arte de saber envejecer".

    Los nuevos roles así no más, como por casualidad. Es bueno prepararse para ellos:
    Hay que prepararse para ello; para estar ocupado y desocupado, para aprovechar el ocio y el tiempo libre. ¡Qué bueno que reflexionemos de estas cosas!

    ¿Me preparo para los nuevos roles? ¿Los acepto?
             
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimo quinta Reflexión (2/10/2004)
        DE LA FELICIDAD

    Defender los espacios que tenemos de felicidad.

    Parece que la mayoría de las personas no son felices. Pero lo que sí es verdad que casi todos nosotros tenemos ESPACIOS de felicidad.

    Yo creo, Señor, que la felicidad no es un fin. La felicidad no está ni aquí ni allá. Es lo que rebosa del vaso, es la plenitud de la vida, es la consecuencia de la luz, es el sabor de la sal o del azúcar, es el sabor del buen vino. Cuando haces algo, cuando haces el bien hay algo que siempre acompaña esa acción: es la felicidad. El gozo de hacer el bien.

    Todos nosotros estamos en este mundo como caminantes, como peregrinos. Estamos llamados a la muerte y de la muerte a la vida. Mientras estamos de camino, lo normal, es la cruz, el dolor, el cansancio. Pablo habla de vivir como en dolores de parto, hasta que demos a luz nueva Vida: don de Dios.

    Bien, lo normal es la incomodidad, el irnos corrompiendo, pero hay espacios, muchos espacios, que son ya luz, que son felicidad: es lo que rebosa en el bien, en la obra bien hecha. Por eso confieso que hasta hoy Dios me ha dado muchos momentos de felicidad: felicidad con las personas, muchas; felicidad en el silencio, en la oración, en el no hacer nada; y felicidad en la acción, en el trabajo, en las aventuras que la Providencia me ha brindado cada día.

    ¡Gracias, Señor, por tanta dicha!

    Hoy he gozado: he visto en la Tele un concierto de niños prodigios de cada una de las regiones de España: niños de cinco años: música, danza, canto, chistes, mímica...
     
    ¿Descubro en mí espacios de felicidad, de gozo? ¿Doy gracias a Dios por ello?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimo sexta Reflexión
    (9/10/2004)
    CINISMO ÉTICO

    ¡Qué peligro! Consciente o inconscientemente los que buscan el provecho propio o de su grupo. Y ese provecho propio, egoísta, es el criterio último de la conducta humana!!! Hay que decirlo: no, mil veces no.

    Los medios tienen que ser buenos. Los medios que usamos para nuestros fines, tienen que ser transparentes, como un manantial. La ética del ser humano debe ser fuego abrasador:
    El peligro es real. Pocas personas lo dicen. ¿Quién va a decir que es egoísta, avaro, que tiene afán de poder? Pero está ahí, en la vida diaria; está en el inconsciente, en lo profundo de nuestro ser. Sin querer lo he enseñado, lo he promovido: "ser los mejores", "ser los primeros", "formar élites". Hemos promovido y promovemos la utilidad y el provecho como criterio prioritario para la conducta humana. Se hace a costa de lo que sea. En muchos ambientes no importa que los medios sean malos.

    El principio que dice: "no se pueden hacer males para que vengan bienes" para muchos no cuenta. Pues estas son las aguas en las que nos movemos. Y no cuenta para Instituciones, Gobiernos, etc. Muchos grupos humanos son ciegos para los imperativos éticos. Se habla de valores políticos, fines políticos y en nombre de ello se mata, se masacra, se pisa la dignidad de muchas personas.

    Este es un largo camino. Lo deberíamos recorrer todos, lo deben recorrer las Instituciones. Porque la basura de los medios malos está corrompiendo nuestra sociedad.

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimo séptima Reflexión

    EL GOZO

    "Un músico debe ser un modelo de felicidad las 24 horas del día. Mi mujer me dice que me río cuando estoy durmiendo y así debe ser". (Lo dice Chao, un contrabajo cubano). "Me río cuando estoy durmiendo, pero no porque tenga una forma de demencia, sino porque hay algo en mí que rebosa. Rebosa en mí el GOZO de las 24 horas del día."

    El gozo es un don de Dios, un Don del Espíritu Santo, un regalo de Dios, que da a los que Él quiere. Estoy convencido que se lo da a mucha gente, a todo el que tiene una disposición buena.

    El estado normal del creyente debe ser el gozo, incluso en medio del sufrimiento. Pero también es fruto de la colaboración nuestra. El gozo lo tenemos que ir poniendo en el corazón y en la vida. No brota así no más. Hay que cultivarlo y esto está en mis manos.

    Recuerdo aquella buena mujer que cuando tenía una idea triste se pasaba con fuerza la mano por la frente, como queriendo quitar una mosca. Así quitaba la idea negativa, la idea mala. Quitar la mala idea y dejar espacio a lo positivo, a la alegría.

    Gracias, Señor, por el gozo de vivir, de pensar, de reír, de querer, sobretodo de querer. No sólo decir palabras bonitas, sino cuidar que mi palabra no muerda; que mi palabra acaricie. Así las 24 horas del día.
       
    ¿Cuáles son mis horas malas? ¿Cuándo y dónde dejo espacio a la tristeza?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimoctava Reflexión

    LA COMUNIDAD


    La comunidad  es el lugar donde debemos experimentar a Dios, vivir la fe, encontrarnos al hermano, que es distinto de mí.

    La comunidad, la familia: lugar de acogida, de participación.

    También, un lugar terrible: donde se revelan todos los límites, las debilidades y las tinieblas del propio ser.

    La comunidad, la familia, es una alternativa a la sociedad de consumo: por el compartir, por la comunión, por la COMPASIÓN.

    La comunidad, la familia:
    Menos aún, nido de víboras.

    La comunidad, la familia, un paso del egoísmo al amor, de la muerte a la vida.

    La comunidad, la familia, lugar de tensiones, simpatías, antipatías. Celos e inseguridades.

    Lugar de sinceridad. (Donde se abandonan las máscaras y se comparte la propia debilidad, y el propio don).

    Lugar de perdón y de fiesta.

    Comunidad y familia: sentirse uno en su propia casa.

    Todos de alguna manera vivimos en comunidad: familia, trabajo, vecinos opción religiosa.

    ¿Cómo vivo en mi comunidad?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Vigésimo nona Reflexión
    (30/10/2004)
    HABLAR BONITO

    Lo que no se verbaliza se somatiza. Lo explicamos: "Los sentimientos no expresados se convierten en resentimientos".

    La vida es como un manantial. Todo manantial tiene dos virtudes:
    • Brotar, darse, correr formando un cauce, fecundar
    • Pureza, limpieza, transparencia.
    Así tiene que ser mi vida.

    La experiencia dice que no se puede taponar la vida; no podemos pasar la vida reprimiendo. La palabra, la comunicación es el primer cauce de nuestro manantial. Estamos hechos para comunicarnos, para verbalizar nuestros sentimientos. Cada vez que reprimimos, que nos aguantamos: deseamos comunicar y NO COMUNICAMOS, todo eso pasa a nuestra cloaca personal. Vamos acumulando basura. Es una basura real: somatizamos, es decir, pasa al cuerpo. Nos va enfermando: "No duermo", decimos; "estoy nervioso", etc. Enviar a la cloaca los sentimientos no es buen camino.

    Los niños son un ejemplo de verbalización, de comunicación. A veces les decimos: "niño, cállate". Muy mal. Hay que dejar a las personas, a los niños que hablen; ojalá lo hiciéramos así todos.

    Comunicarnos en la familia, en la pareja, en el trabajo, en la comunidad.

    Comunicarnos cuando nos encontramos con la gente.

    Tener siempre la posibilidad de confiar en alguien con quien podamos hablar en profundidad.

    Buscar espacios de comunicación: Las tertulias eran y son una gran terapia. Hay que fomentarlas, en la serenidad, sin imponer, dejando fluir el manantial.

    ¿Qué limites tengo en mi comunicación ? ¿Qué cosas me cuesta verbalizar, traducir a palabras? Esas son las que tengo que expresar, comunicar, para que no me coman por dentro. La oración es eso con el gran AMIGO: escucha y AMA.

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Trigésima Reflexión (6/11/2004)
    DOMESTICAR NUESTROS SENTIMIENTOS
     
    Los sentimientos nos instalan en la realidad. Me refiero a la realidad de mí mismo, de nosotros. Es tomar el pulso. El termómetro para ver la temperatura, medir la presión.

    El electro nos instala en la situación real de nuestra salud. Como un análisis clínico, así son los sentimientos: me dicen cómo soy. Cómo soy de justo, de humilde, de misericordioso. Me dicen si tengo entrañas de compasión o de egoísmo. Mis sentimientos me dicen si predomina el yo o el tú. Y así podríamos ir recorriendo todo el mapa de mi interioridad: ese soy yo...

    ...No el que digo ser.
    ...No el que ven los demás.
    ...No, no es la careta.

    Es lo que está detrás de ese personaje que soy yo. Esa es la realidad.

    Y si quiero crecer como persona, ahí tengo el punto de partida. Porque mis sentimientos pueden ser mejorados: el bien puede superar al mal; el bien puede eliminar el mal, hasta en sus raíces más profundas e íntima. Es tarea personal, posible.

    Es don de Dios, y puedo suplicar para que me conceda esa gracia. Esta es una manera de empezar a limpiar esas raíces torcidas, enfermas, que todos tenemos.

    La psicología profundiza en los bajos fondos que todos tenemos. Desde ahí es donde deben brotar los buenos sentimientos. "No es lo que entra por la boca, sino lo que sale del corazón".

    Con buenos sentimientos nacerán buenos deseos, y buenas palabras, y buenas acciones. Es lógico: el árbol bueno, produce frutos buenos.

    ¿Cómo son mis sentimientos, los conozco? ¿Les tengo miedo?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Trigésimo primera Reflexión (13/11/2004)
    ¿QUÉ MUEVE NUESTRA VIDA?


    Los sentimientos no deben de mover nuestra vida. Nuestra vida la debe mover DIOS y la razón humana.

    Es una pregunta sencilla que siempre me puedo hacer: ¿Qué es lo que mueve mi vida? ¿Qué es lo que mueve los actos que realizo?

    Cuando trabajo, cuando amo, cuando me relaciono con los demás ¿qué es
    lo que me mueve, qué es lo que hay detrás?

    Es evidente que la mayoría de los mortales nos movemos instintivamente; nos movemos por la fuerza de los sentimientos; lo que nos atrae, lo que nos gusta. Las personas que nos caen simpáticas. Todo eso es lo que tira de mí. Y sin embargo no debería ser así.

    Como creyente, lo primero que debía impulsarme a obra debería ser Dios. Dios dirige mi vida. Me da grandes espacios de libertad
    La sabiduría es que yo realice mi libertad según el Plan de Dios. Esto implica escucha, estar con las orejas bien estiradas para
    conectar con la sintonía de Dios, con los signos de los tiempos. No es mi sentimiento, que puede ser egoísta, equivocado, injusto. Es, debe de ser, la sabiduría de Dios. Y con la sabiduría de Dios, la razón. Dios nos ha dado la cabeza para algo: para pensar.

    Decimos que el corazón tiene razones que la cabeza no comprende. No. Quizás sea mejor razonar, pero razonar también con el corazón, amando; buscando no sólo mi propio bien, sino el de mi prójimo. Todo me iría mejor si me guío más de la mano de Dios que de mis sentimientos.

    Una persona muy inteligente me decía: "Es suficiente un minuto para razonar y así frenar la fuerza de los sentimientos".

    ¿Busco lo que agrada a Dios, lo razonable, o sólo lo que me empuja el sentimiento?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Trigésimo segunda Reflexión (20/11/2004)
    MADUREZ

    La naturaleza tiende a madurar. Así debe ser la persona, en lo físico, en lo psicológico y en lo espiritual. Madurar en el cuerpo y en el alma; en la mente y en el corazón.

    Una realidad comprobable es que si no se madura, se queda uno en el ESTADO PREVIO. A veces se madura en un aspecto de la vida, y en otros no. Entonces falta ARMONÍA. A veces predomina en nosotros el NIÑO: en algún aspecto nos hemos quedado en la infancia o en la juventud.

    Madura la naturaleza: ¡cómo crecen las flores!, ¡qué sabrosa la fruta a su tiempo! ¡El punto final del escritor, la última pincelada del pintor, la última nota del compositor!

    El hombre, la mujer son personas, pero sobre todo somos naturaleza. Estamos llamados no sólo a realizar un orden, una secuencia; estamos llamados a cierta plenitud: madurar. En la naturaleza todo ello es dirigido (la mano de Dios), como si fuese automático: cada año, cada especie, etc. En nosotros es libre. ¡Es libre! Depende de mí. La maduración depende de mí, la plenitud depende de mí. Cuánto más cuando estamos conectados con el manantial que es la vida divina.

    La experiencia me confirma que el gráfico de muchas personas es una línea descendente. Su vida no se ordena a la cordura, a la madurez. Hay muchas vidas que se petrifican en la inmadurez y están ordenadas a vidas ruinosas. Camino y vidas que están catapultadas hacia la infelicidad, hacia la falta de paz, hacia la "NEGRITUD". No se dirigen a la claridad, sino hacia la oscuridad. Es el largo túnel de muchas vidas.

    Tender a la madurez: Tarea de cada día, con la ayuda del buen Dios: en sus manos estamos. Siempre impulsados por la esperanza. La cordura es fruto de discernir: evaluar mi vida; cambiar lo que tenga que cambiar para que mi vida se dirija a la luz, no a la oscuridad.

    ¿Tengo conciencia de ello o maduro sólo parcialmente? No es bueno madurar sólo parcialmente. Tiene que ser el todo.

    También constatar que muchas personas no son conscientes de su inmadurez, de su falta de cordura.

    Siempre hay tiempo y GRACIA para madurar y hacer de mi vida gozo y bien.

    P. Guillermo Santomé
    Dominico

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    Trigésimo tercera Reflexión (27/11/2004)
      NIVELAR

    "Nuestros países son muy pobres para
    poder dar al hombre grandes riquezas
    materiales; pero sí podemos dar un
    sentido de igualdad: NIVELAR
    y mejorar la dignidad humana".
     
    Es un deseo de muchos pueblos. Es una idea que no podemos olvidar en medio de esta vorágine que es la eficiencia, la máxima cantidad, la calidad total, la llaman. Es nuestra sociedad que promueve el consumir más y más.

    Evidentemente todos los hombres y mujeres no somos iguales. Hay muchas razones para constatar las diferencias.Pero también iguales. Son los ejes que usa Santo Tomás: diferentes, pero iguales.

    Y como iguales: nivelar. Es una palabra que gustaba mucho a San Pablo. Es un trabajo en el que todos debemos estar empeñados: que no haya tantas diferencias, que no domine la injusticia.

    Y como iguales, respetar la dignidad de las personas, especialmente a los más débiles, a los marginados: la dignidad de la escoria del mundo.

    Los profetas clamaban una y otra vez por la justicia, la igualdad y la dignidad de las personas. No es fácil. Es tarea de todos. Trabajo de cada día.

    Hay que vivirlo en las cosas pequeñas:
    • respetar el turno en una cola
    • no tirar basura al suelo
    • no consentir en los privilegios
    • no usar lo público para mí o los míos.
    Todos tener educación, salud. Cuantos menos privilegios mejor. En los juicios: justicia. ¡Qué difícil! El Secretario de un juzgado me decía: "Me duele el corazón por lo que veo; sé de expedientes enteros que han desaparecido y han sido cambiados por otros".

    No basta que duela el corazón, hay que nivelar y hacer justicia. Esta idea siempre tenía que estar en la educación. La Iglesia en muchas ocasiones no denunció. Tenemos que pedir perdón.

    ...Y preguntarme: ¿en qué soy injusto?


    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Trigésimo cuarta Reflexión (4/12/2004)
    ORAR Y ESTUDIAR

    La teología es el fruto de la reflexión
    que la comunidad cristiana, la Iglesia,
    inmersa en la realidad, hace de su fe.

    Siento gozo al recordar cómo teólogos de ayer y de hoy hacen esta reflexión de su fe, de la fe cristiana, católica. Muchas veces ha surgido de una vivencia de fe en comunidad: en la comunidad, con la comunidad.

    Hay dos caminos, imprescindibles, para vivir la fe:

  • el estudio
  • y la oración personal

  • La comunidad que ora y reflexiona.

      • Así lo hizo Jesús:
    Oraba largas horas y noches enteras y compartía con sus discípulos.

    No eran sofisticadas elucubraciones, razonamientos. Jesús hablaba de lo que VEÍA, de lo que le rodeaba, de la vida de la gente de su tiempo.

      • Teología: estudio de Dios, conocimiento de Dios. Todos los cristianos deberíamos ser amantes de la teología. Todos los creyentes deberíamos hacer teología. Siempre recorriendo los dos caminos:
      1. El estudio y la oración personal, que nos dará serenidad y equilibrio. Si el cuerpo necesita alimento, también el alma necesita su propia respiración. Necesita orar, hablar con Dios, y escuchar la Palabra, que llegará a nosotros como una semilla fecunda.
      2. Y el contacto con la comunidad, con la Iglesia, con nuestra Parroquia. Cuanto más orante y dialogante sea la comunidad, más fecunda será.
    De esta manera, la persona y la comunidad se convierten en "puente", mediación, entre los hombres y Dios: El hombre conecta con Dios y sus misterios: su gozo; y Dios derrama su gracia sobre nosotros.

    • De los hombres a Dios llevando todas nuestras penas y alegrías, nuestros trabajos; todos los proyectos como una ofrenda. Es el trabajo de nuestras manos.
    • Y de Dios a los hombres a través de su Iglesia, nuestra Madre y Maestra, para traer ese don del cielo: su gracia que nos fecunda.
    Con Él todo lo podemos.

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Trigésimo quinta Reflexión (11/12/2004)
    OBRAS SON AMORES


    HACER es la mejor manera de decir.
    La mejor manera de creer es vivir lo que se cree.
    La mejor manera de crecer es vivir.

    Nuestro modo de vida, nuestra fe es el resultado, debe ser el resultado de lo que creemos. No hablamos del activismo. El activismo no es bueno. Me refiero a otra cosa: Todo árbol bueno produce frutos buenos. Pues bien: por los frutos los conoceréis.

    Proyectos, proyectos, proyectos... ¡Sublimar, soñar, utopías! Sublimar es pensar en proyectos irrealizables, es hablar y hablar. Son las entelequias.

    "Primero dar y luego avisar". Esta frase se refiere a un acto violento que no puedo admitir. Pero sí me vale la idea para el bien: primero hacer, luego evaluar. Es poner los pies en la tierra, es pisar sobre roca, como nos pide el Evangelio.

    Mi vida la tengo que hacer cada día, con cada acto de mi existencia.

    La virtud exige una TENSIÓN de la mente y del corazón, tanto mayor cuanto que nuestra naturaleza está inclinada al mal, al pecado. De hecho lo está. No puedo negar que el mal tira de mí, la flojera, el "ojo por ojo". Para vencer esta inclinación no bastan los buenos deseos, las buenas intenciones. Necesitamos hacer actos buenos para crear hábitos buenos: es el fruto de una sucesión de actos pacientemente realizados. El campeón de atletismo necesita muchas horas de trabajo silencioso para rebajar una marca.

    Si queremos construir una ciudad, si queremos una cultura de salud y de justicia, tendremos que crear todos hábitos de convivencia. No basta que lo digan las leyes. No basta mandarlo. Es triste que sólo las multas y las sanciones ordenen el tráfico de nuestras ciudades o carreteras.

    Hacer las cosas bien, más que hablar. ¡Qué urgente siempre!
     
    P. Guillermo Santomé
    Dominico

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    Trigésimosexta Reflexión (18/12/2004)
    A LOS POBRES SIEMPRE LOS TENDRÉIS CON VOSOTROS

    La Iglesia, creo que siempre ha optado por los pobres. Es Madre de todos, pero una madre mira más al desvalido. Los pobres también se han acercado a la Iglesia. Buscaron en ella un espacio para sentirse organizados, ¡con la fuerza del Espíritu!

    No hace falta mucho esfuerzo para encontrarse con personas pobres, marginadas. En todas las ciudades, en todos los pueblos. Millones de personas viven en la pobreza, en el desempleo, en la marginación. Millones de personas sin casa, sin hogar, sin familia; sin salud, sin escuela, sin comida.
     
    Ellos son un clamor y un lugar teológico: en ellos podemos y debemos descubrir a Dios. Con ellos y desde ellos tenemos que recorrer el camino de la liberación; el que recorre la persona humana desde el principio de nuestra historia. Son la Iglesia viva, la Iglesia que está pidiendo a gritos la gracia del Resucitado. El clamor de los pobres es el clamor de la comunidad de los creyentes.
     
    "Opción hacia la Iglesia" supone que yo me encarne en ellos, con todas las consecuencias. Sobre todo con la primera condición: ser pobre como ellos, ser marginado. Y esto no es fácil. En todos los proyectos cristianos está la pobreza, pero son pocos, muy pocos, los que deciden encarnarse en ella... Sólo desde la pobreza es posible liberar. Jesús no tenía donde reclinar la cabeza.
     
    Llegar a no tener nada. Llegar a hacer realidad que nuestra fuerza esté en la debilidad. Evangelizar desde la pobreza, desde la debilidad. La fuerza está en Él y en la comunidad, Iglesia, pueblo de Dios guiado por el Espíritu.

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Trigesimoséptima Reflexión (24/12/2004)
    LA IMAGINACIÓN


    Suplir la pobreza de mi realidad con la riqueza de la IMAGINACIÓN.
    Un grito recorrió el mundo: "La imaginación al poder".


    La imaginación que tiene una mujer pobre para dar de comer a sus hijos. ¡Cuántos ejemplos hemos conocido y conocemos! La imaginación del que se ve privado de libertad para seguir siendo persona, para conservar su fe.

    La capacidad de la imaginación creadora no tiene límites: y esto lo estamos viendo en la "Capilla Católica".

    Reconocer la pobreza de mi realidad; la limitación de mi ser. ¡Qué poca cosa soy! Una de las experiencias de los astronautas es ver nuestra pequeñez. Desde allá arriba se ve muy pequeña la tierra! Como granos de arena.

    Y sin embargo, ¡qué presuntuosos!

    La imaginación debe descubrirnos que desde nuestra pequeñez, somos hijos de Dios; somos comunidad que cree, celebra y vive la caridad.

    Está en nuestras manos construir nuestra persona, nuestra comunidad, nuestra ciudad.

  • ¿Qué hago por mi ciudad?
  • ¿Cómo pongo a trabajar mi imaginación al servicio de los hermanos?

  • Mi persona, mi ciudad, mi familia es fruto de muchos pequeños detalles. Del trabajo de cada día, de la imaginación de cada uno de nosotros. Lo que no puede mi pobreza, mi ruindad, mi pequeñez, lo puede la imaginación: que renueva y hace crecer las obras del Creador.
    • ¿Cultivo la imaginación?
    • ¿He probado a reflexionar en grupo cómo ejercitar la imaginación?
    Podemos imaginar cada uno lo mejor, lo más conveniente para cada momento, para cada situación, para construir el Reino de Dios. Y acertaremos!!

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Trigesimoctava Reflexión (31/12/2004)
    EL CARNAVAL DE LA FELICIDAD


    Mantener el carnaval de la felicidad. Vivir con la careta. Así pasa en muchos hogares, en parejas, en comunidades.

    El carnaval de la felicidad...Personas que parecen felices -parecen- pero rotas por dentro. Personas deslumbrantes; en las portadas de todas las revistas, en la TV, en los Medios de comunicación. Deslumbrantes en sus caras pintadas, en sus ropas, en sus joyas, en sus posesiones.

    La careta del mundo; la careta de tantas personas. Los médicos, psicólogos, consejeros, brujos... saben que son piltrafas humanas. Muchas de estas personas deslumbrantes son el deshecho de la humanidad. En el fondo son basura. Vidas rotas.
     
    El Evangelio va por otro camino: "Limpia la copa por dentro". La cara debe ser espejo del alma. Qué bien I. Sam. 16,7: "El hombre mira las apariencias, pero Dios mira el corazón".

    No es problema de acicalar lo exterior: los vestidos, las joyas, el último modelo. El problema es cómo está mi interior.

    La Virgen Maria estaba sin mancha. Todos los humanos nacemos manchados, y pasa, que en vez de recorrer el camino de la limpieza, emprendemos la tarea de embadurnarnos más. Nos preocupamos de la salud física y no nos preocupamos de la salud del espíritu. ¡Es la tarea más digna! ¡Que nuestro interior sea transparente!

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Trigesimonona Reflexión (8/1/2005)
    ESTAR

    ¿Quién está SIEMPRE donde quiere estar? De los mortales: nadie.

    Nuestra condición es estar inacabados, haciéndonos. Es estar en camino hacia el término de todas las cosas creadas: la muerte, que debe ser la culminación de nuestra vida.
     
    Siempre encontraré en mí algo de inconformidad, intranquilidad. "Conformidad", paciencia, quietud... ¡qué palabras!

    El que tiene paciencia es dueño del alma, controla su vida.Los occidentales tenemos que aprender la serenidad de los orientales: la serenidad del hombre de la selva!!

    "Hágase tu voluntad". Pero no sólo decirlo: vivirlo, dar testimonio de la SERENIDAD. Vivir la conformidad: "Hágase". Esto me lleva a pensar que debo confiar en Dios como si todo dependiera de ÉL. De hecho, todo depende de ÉL. Y trabajar como si todo dependiera de mí; y, de hecho, casi todo depende de mi libertad. Ese CASI es mi limitación, mi dependencia. Lo que me debería impulsar a ser humilde.
     
    Implorar al Todopoderoso que nos dé el Don de la SERENIDAD. No es fácil. Estamos en una civilización muy programada y con demasiadas prisas. Saber salir de ese torbellino.

    ¿Qué es lo que más me inquieta?
    ¿Qué cosas o personas me hacen perder la paciencia?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragésima Reflexión (15/1/2005)
    SOPORTAR LO INSOPORTABLE


    Habló el Emperador, cuando se rindió el Japón en la II Guerra Mundial: 15 - Agosto - 1945. Habló con voz humana. Todos pensaban que era Dios: la autoridad de la nación, el principio organizador de la realidad. La gente se suicidaba por él. Atónitos escucharon: "soportad lo insoportable. Aguantad lo inaguantable".
     
    Recuerdo las palabras de San Pablo: "Hasta ahora no habéis derramado la sangre por Cristo".

    Es mucho lo que tenemos que hacer: por mi bien por el bien de los demás. "He aquí el que quita el pecado del mundo", dice Juan de Jesús. ¿Qué hago por quitar el pecado del mundo? ¿Qué hago por quitar el pecado de mí mismo?

    Nos dicen, y es verdad, que tenemos necesidad de alegría. Nos dicen que debería ser la forma humana de vivir: esperanza y alegría.
     
    Soportar lo insoportable. Aguantar lo inaguantable. Para luchar contra el pecado Dios no nos exige tanto. Se nos pide tomar conciencia y hacer algo positivo: que el bien venza al mal todos los días. Cada día mejorar nuestras buenas obras.

    Delante de nosotros tenemos muchas personas que son ejemplo de cómo soportaron y soportan el mal; cómo vencieron al mal.
    El pueblo japonés ha sido ejemplo de cómo cumplió las palabras del Emperador: de la ruina al desarrollo.

    Nosotros con la garantía de la gracia: "Todo lo puedo en Aquel que me conforta".

    ¿Tendré conciencia que la vida me exige esfuerzos?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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     Cuadragesimoprimera Reflexión (22/1/2005)
    GUARDA LA PALABRA

    Guarda la Palabra
    y la Palabra te guardará a ti.

    Esta es una idea que recorre la Biblia desde el principio al fin. Se nos pide que guardemos, que cumplamos la Palabra. Ella nos guardará. Siempre pone el estribillo: "Te irá bien". Dios nos repite una y otra vez que el camino que nos presenta, los preceptos que nos manda nos ayudarán a ir bien por la vida. Es camino seguro.

    Yo me pregunto: si ésto es tan claro, ¿por qué no hacemos caso de lo que nos dice la Palabra de Dios? Esta es nuestra gran incongruencia: "Hago lo que no quiero, y lo que debo hacer no lo hago". Soy respondable de no ser feliz; soy responsable de que muchas cosas no me vayan bien. Responsable total.

    Lo primero que se me pide es que conozca la Palabra, que la tenga presente en mi vida, que dirija mis pasos, que sea mi alimento. Y después, que la cumpla, que la lleve a todos los actos de mi vida.

    Mi existencia debe estar inspirada en la Palabra de Dios: "me irá bien". Te aseguro que serás más feliz, que te realizarás como persona, que ayudarás a construir el mundo en justicia.

    La Palabra no te quita nada, al contrario, lo amplifica todo.

    ¿Cuánto tiempo dedico a la Palabra? ¿La cumplo?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragesimosegunda Reflexión
    (29/1/2005)
    SOBRE LA VERDAD

    Si a todo el que te dice una
    verdad lo consideras hostil,
    no avanzarás nada
    en ninguna dirección.

     
    Doy por supuesto que yo no tengo toda la verdad. Doy por supuesto que los demás tienen sus verdades: En muchos casos parece como si tuvieran más claridad que el mismo Dios!

    Es bueno estar con las orejas bien estiradas y atentas para escuchar y aprender. En el diálogo, en la comunicación de cada día debemos acostumbrarnos a percibir la verdad de los otros. Pero hay más: atender a la verdad de mí mismo. ¡Cómo molesta que digan algo negativo de mí!

    Es un hecho que yo trasmito una imagen; que los demás ven en mí cosas que yo mismo no percibo. Son los defectos que ven en mí, los motes que muchas veces no llegaré nunca a conocer, a no ser que tengan confianza y un día me lo revelen. Nunca me revelarán un defecto si mi reacción es violenta. Tengo que tener esa disponibilidad para acoger la palabra del otro. Porque los otros también sienten y piensan.

    Es bueno que los demás no sean mis enemigos, sino hermanos que tienen acceso a la corrección fraterna. He tenido la experiencia de tener que acercarme a personas para hablarles de cosas suyas, personales. Intentar ayudarles en sus vidas descarriadas o en la encrucijada de sus relaciones con otras personas. Ha sido una de las tareas sacerdotales que Dios ha puesto con más frecuencia en el camino de mi vida. Casi todo el mundo ha aceptado mi atrevimiento. Sólo, recuerdo, una persona me repitió una y otra vez que no aceptaba mi acercamiento. Tristemente se ha suicidado.

    Todo ello me ha enseñado que yo también tengo que tener esa actitud de acogida a la crítica o corrección que los demás me hagan.

    ¿Me atrevo a acercarme a corregir al que veo por el mal camino? ¿Pueden acercarse a mí?

    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragesimotercera Reflexión (27/8/2005)
    ¿QUÉ SEMBRAMOS?

    Algunas ciudades son cloacas de basura. No sólo huelen mal, sino que uno se siente rodeado de podredumbre. Basura y comercio ambulante son dos lacras, dos consecuencias de la extrema pobreza. Esto se da en muchos lugares del Tercer Mundo.

    A veces también en los países desarrollados.

    Todos somos culpables. Primero las autoridades. Si no saben arreglar estos problemas que se vayan.

    La Iglesia también es culpable, porque no somos profetas denunciando los males del mundo de hoy; los males de nuestros pueblos. No se predica contra las grandes epidemias de hoy -nuevas clases de "peste". Hay pecados de acción y de omisión.

    Pasa lo mismo con los medios de comunicación. Tienen en sus manos medios poderosos de persuasión, pero cada uno va a su aire, al aire del que maneja el dinero: poderoso caballero.

    Todos somos culpables: tiramos la basura donde nos apetece. Un niño llevaba dos grandes bolsas de basura, las llevaba  a donde habitualmente pasa el camión. Dos jóvenes le dicen: "No seas tonto, tírala ahí". Y el niño dejó la basura en medio de la calle. Todos tenemos obligación de ponerla en su sitio.

    En cuanto al comercio ambulante, el día que dejemos de comprar, desaparece.

    El problema es que muchas veces tenemos la basura en el alma, y sin querer lo que vemos en la calle es un reflejo de lo que llevamos dentro. Tenemos que crear hábitos sanos, limpios. Empezando por el espíritu. Es desde dentro de nosotros de donde tiene que salir el bien; es cada mamá la que tiene que repetir una y mil veces lo que es un bien para mí y para la comunidad.

    La basura siempre es un mal. La limpieza un bien: en las personas, en la calle, en la comunidad y, sobre todo: en lo escondido.
     
    ¿Tengo conciencia del ejemplo que doy ?
    ¿ Aconsejo con la cabeza o con el sentimiento ?
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragesimocuarta Reflexión (9/9/2005)
    LO HABITUAL. SUFRIR

    En el mundo hay muchos miles de personas víctimas de la violencia, del terrorismo: muchas muertes inocentes.

    Todo ello crea vidas destrozadas:
    l. Con un resentimiento ante el mundo: que ha sido cruel, que es cruel; es peligroso; no tiene sentido: arbitrario.
    2. Ha creado una forma de indiferencia con los demás. Vemos pero no nos importa nada.
    3. Terminan castigándose a sí mismos. Un sufrimiento continuo, pues viven en el penar. Indefensas ante tanto mal.

    Lo habitual para muchas personas no es la felicidad, el gozo; lo habitual es el dolor y el sufrimiento.

    Todos los días estamos viendo cómo se mata, cómo se rompen todas las normas de convivencia: en la calle, en las competiciones de todo género, en la política.

    Los grandes pecados de nuestro tiempo son el asesinato y la provocación deliberada del sufrimiento: Se provoca el sufrimiento, se goza haciendo sufrir al otro. Se celebra el dolor y la muerte.

    Podemos decir que para muchas personas los buenos momentos son un regalo inesperado y fragmentario.

    Mientras escribo estas lineas, entre otras muchas atrocidades del mundo, hay un barco lleno de rehenes que puede saltar entero por los aires; hay una ciudad en ascuas pidiendo independencia. Son las noticias que pasan y no le damos después mayor importancia. Hasta que te toca en tu propia carne. Entonces queda la cicatriz para siempre.

    Hay una virtud urgente: LA PIEDAD. Piedad por tantas víctimas de la violencia; de la demencia de los que sólo tienen la fuerza bruta.

    Levinas dice certeramente: "El rostro humano comporta siempre una prohibición: no matarás". Es decir, ante la vida: STOP. La vida tenemos que respetarla.

    Todos tenemos necesidad de profundizar en LA PIEDAD. Y que Dios tenga piedad de nosotros.
             
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragesimoquinta Reflexión (26/9/2005)
    EL "DEBER SER". LO CORRECTO

    El "deber ser", lo correcto,
    está inmerso en el ser.
    Cuando falta ese "deber ser"
    aparece el mal.
     
    Cuando enseñamos metafísica a los estudiantes de teología, se nos va la imaginación pensando lo bueno que sería que todos, que todas las personas recibieran unas clases de metafísica.

    En tiempos de Aristóteles esta era una idea muy clara: todo ciudadano debía saber algo de filosofía. Quizás alguna vez vuelva a ser esto realidad. ¡Tan importante es este estudio!

    Allí se estudia el ser, el ser y existir de todas las cosas. Las cosas que son existen, están ahí. Pues bien: lo primero de todo, una verdad de Perogrullo: Que las cosas sean lo que son. No es una tautología: si pedimos gallina, que sea gallina; si pedimos algodón que no sea plástico. Si es persona, que lo sea y que se comporte como persona. Si es hombre es hombre; si es mujer, es mujer y punto.

    Estamos llamados a ser lo que somos, porque en el momento que falta algo, ya tenemos el mal. Si al hombre le falta una pierna ya tiene un mal: porque somos seres de dos piernas. Si se nos va la memoria, ya tenemos otro mal: porque el ser pensante tiene memoria. No son males totales, pero sí algo incompleto.

    Cuanto más nos realicemos como personas más se realiza nuestro SER, lo que "debemos ser". Debemos ser personas pensantes, razonables, responsables.

    Al educar, una idea debe presidir esta tarea -difícil, ciertamente-: hay que educar la totalidad, al hombre y a la mujer en todo su ser, pero especialmente debemos educar aquello que nos distingue de los demás seres: pensar y amar.

    Educar en todo: que crezca nuestro ser físico, pero sobre todo nuestra racionalidad, moralidad, afectividad. Ahí está nuestra riqueza. Lo que debemos ser.
     
    ¿Alguna vez he reflexionado en la riqueza de mi ser, de mi existir ?
         
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragesimosexta Reflexión (7/10/2005)
    LA CONCIENCIA

    Su función es discernir. Tarea que tenemos que hacer cada uno de nosotros utilizando la cabecita.

    Discernir. Es decir: veo, distingo lo que está bien y lo que está mal.

    La conciencia atestigua, es una flecha indicadora. Es la señal que nos india que una NORMA nos obliga.

    Obrar con conciencia no es suficiente para saber que hemos obrado rectamente. Esto es bueno saberlo, porque va contra el orgullo de la seguridad moral; contra el subjetivismo, es decir: es bueno lo que yo pienso, lo que yo creo. Por ese camino andamos equivocados.

    A mí me parece que, sin hablar de ello, está muy extendida la moral de situación: se hace aquello que nos interesa; lo que conviene. La moralidad la hacemos depender de nuestra conciencia, de nuestro gusto: hacemos lo que creemos es bueno para mí. A la carta, diría el Papa Juan Pablo II.

    Cuántas veces hemos preguntado a grupos, a jóvenes, a adultos reunidos en aulas: ¿Por qué mentís?. "No miento, Padre. Digo lo que creo conveniente".

    Se extiende cada vez más -y así nos crece el pelo- la idea de que no hay pecado en lo que los moralistas dicen que sí, objetivamente hablando. Sin embargo esas mismas personas, que son muchas, se molestan si tú les mientes; si tú les robas. Entonces sí, entonces estás obrando mal. Pero si lo hacen ellos, no obran mal: hacen lo que les conviene.

    No se puede dar vacaciones a la conciencia. La conciencia es recta, está en nuestro camino, es generadora de bien cuando está en sintonía con la norma, en sintonía con la verdad.

    No es fácil estar siempre despiertos para hacer lo CORRECTO. Lo correcto es algo concreto y determinado: es lo que se debe hacer.

    Hay un medio eficaz para formar y tener viva la conciencia: el examen. Hay que examinar los actos que hacemos, si es posible todos los días: un minuto, pero hacerlo. También es bueno hacer este examen en grupo y que los demás nos ayuden a conocernos y a hacer las cosas bien.
     
    ¿Doy vacaciones a mi conciencia en algún momento? No todo vale en la vida; en la vida sana, en la vida cristiana.
         
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragesimoséptima Reflexión
    EL OTRO
    Nadie puede intentar ayudar a nadie
    sin tener en cuenta lo que quiere y cómo es

    No ayudo para realizarme yo, sino para que el otro se realice. Lo demás es manipulación, imposición. Porque no se cumple: "Conviene que yo disminuya y que él crezca".

    Ayudar en lo que el otro quiere. Ayudar como el otro quiere = lo que desea y cómo lo desea.

    Cuántas veces hemos hablado de este tema en la relación de la pareja.

    Muchos no hemos acertado a amar como Dios mansa. Kant decía sabiamente que se ama de verdad cuando yo integro mi deseo, mi voluntad en el fin de la persona amada:

    Entro en sus intereses, en sus gustos, en sus ideales.

    Solemos amar como nos parece, como nos gusta a nosotros. No amamos como desea ser amado el otro o la otra.

    Olvidarme de mí para entrar en la órbita del otro.

    Nunca olvidaré a Ceci, joven bella: Nunca se había sentido amada. Su esposo era un egoísta total. La esposa no sentía el cariño de nadie.

    ¿Por qué, Ceci? "Mira, Guillermo, el día que sienta el amor de alguien me enamoraré de él. Pero no debo sentirlo, porque yo estoy casada."

    Nunca la habían amado como deseaba.

    Tarea - asignatura pendiente.

    Y, como el amor es siempre relación de dos: al amar los dos tenían que tener el mismo deseo de complacer.

    ¿Amo como los demás lo desean?
    ¿Busco lo mío o lo de los demás?
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragesimoctava Reflexión
    VIDAS ROTAS

    A la salida de la Misa: "Necesito hablar con usted. A los 12 años me violó mi padre. Me obligó a declarar que me había violado un joven. Está en la cárcel todavía. Luego mi padre me obligó a abortar. Tengo 13 años. He tenido varios hombres durante semanas, meses. Ahora tengo miedo. El último que anda conmigo es maricón."

    La violación por padres, hermanos, familiares, tíos, padrinos. Los malos tratos, el aborto, los abusos estando "tomaditos" (borrachos).

    El mundo pobre y reducido de la comunicación. Un mundo muy bajo lleno de basura.

    ¡Tantas veces, Señor, hemos escuchado estas historias!

    Estos temas no sólo se dan en la intimidad de la Confesión o de una consulta. Está en la portada de los periódicos.  Los airean diariamente en uno y otro canal de Tv.

    Vidas rotas en los años más tiernos.

    Todo lo que hemos indicado es más frecuente de lo que podemos imaginar. Hay grupos humanos en que los jóvenes de ambos sexos han tenido sus primeras experiencias sexuales dentro del seno de sus familias, con padres, hermanos, tíos, primos, padrinos. Unas veces voluntariamente; muchas con violencia.

    Recuerdo, no como algo aislado, la mamá que me decía asustada cómo a media noche se metía su hijo en su cama intentando hacer el amor con ella.

    Estas imágenes acompañan a muchas personas durante toda la vida. La depresión y la neurosis, no vienen, no tienen origen en el viento, sino en hechos muy reales y traumatizantes.

    Es la basura del mundo.

    ¿Cómo participo yo de esta basura?
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Cuadragesimonona Reflexión
    DINÁMICA DEL PODER

    "La dinámica del poder es feroz, pertenece al orden de lo animal y lo salvaje."

    Personas sólo en el poder o enfiladas al poder. Se pueden escribir libros enteros sobre este tema. No hablo de oídas, hablo de una experiencia propia. Vivida en el seno de las familias. vivida en comunidades creyentes, vivida en el trabajo cotidiano.

    Hay un refrán: "Del que manda y del mulo, cuanto más lejos, más seguro". ¿Por qué? El mulo da coces, también algunos que están en el poder.

    He visto poderosos, "mandamás", superiores que en vez de acariciar, mordían. En vez de hablar, gritan.  Poderosos, superiores, "mandamás" que eran y son barriles de vinagre en vez de ser un poquito de miel.

    El poder corrompe. Cuánto más poder, más corrupción.

    Párrocos dueños y señores de su comunidad; caciques, déspotas. Haciendo sufrir a los fieles, haciendo llorar a las almas. ¡Y nadie los mueve de allí! En el poder toda la vida.

    Recuerdo un religioso que al salir de hablar con su superior me decía: "Guillermo, me duele en el corazón". ¡Tanto le había regañado! Al día siguiente murió de un infarto.

    ¿Para qué están los que mandan? Para servir. Y no hay otra definición.

    En la vida política, en la religión, el poder no es para pisar , sino para hacer crecer a las personas, ayudar a crecer a la comunidad.

    En realidad el mejor superior, el mejor gobernante es aquel que no se nota, que nos hace felices.

    Manipular y trepar, dos características del poder, hoy. Y algo más: Estar corrompido.

    ¿Tengo afán por trepar, por mandar?
    ¿Manipulo para tener poder, o que lo tengan los amigos?
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Quincuagésima Reflexión
    LA BASURA

    ¿Dónde llevar la basura radiactiva? No se puede al mar. Producimos tecnología que nos mata.

    Se llama efecto "boumerang". Tanta tecnología que ahora no sabemos ni podemos controlar.

    Estamos luchando por un mundo más limpio. Estamos endiosados con la ecología y sin embargo, tenemos más basuras que nunca. Para colmo basura radiactiva.

    Estamos rodeados de paraguas radiactivos: antenas por todas partes cargadas de ondas electromagnéticas, aparatos de televisión, ordenadores, microondas, etc., etc. Todo ello no sólo contaminando el ambiente, sino a las personas, contaminando el aire que respiramos, la comida que comemos.

    Lo peor es que los efectos fundamentales no serán para nosotros. Serán para los que vienen, para las generaciones futuras. Inimaginable. Vamos a confiar en Dios.

    Pero hay una pregunta: ¿Se han planteado alguna vez los tecnólogos si todo lo que se construye es moral, es válido, desde el punto de vista correcto?

    Creo que no todo es válido. No es válida la carrera armamentista. No es válida la nuclearización de nuestra existencia. No es válido sembrar tierra y mar de residuos radiactivos.

    Precisamente en las grandes incógnitas de la humanidad, en las grandes incógnitas del progreso es donde más tendría que participar la ética:
    • Tener en cuenta el plan de Dios.
    • Tener en cuenta al hombre: presente y futuro.
    Somos constructores o destructores del futuro.

    ¿Soy productor de basura? ¿Dónde deposito mi basura?
    P. Guillermo Santomé
    Dominico
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    Siguientes Reflexiones


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